Morales nacionaliza una petrolera a un día del referéndum
La oposición aspira a que la consulta evidencie la división de Bolivia
El presidente de Bolivia, Evo Morales, aprovechó ayer la primera jornada de reflexión del referéndum constitucional de mañana para anunciar la nacionalización de la petrolera mixta Chaco y ocupar las instalaciones petrolíferas, oficinas incluidas, con un amplio despliegue militar. Según el gobierno, la nacionalización se debe al fracaso de las negociaciones económicas para hacerse pacíficamente con la mayoría de la empresa, controlada hasta ahora por la Pan American Energy.
La nacionalización fue retransmitida en directo por la televisión estatal desde los propios campos petrolíferos de Chaco. Morales, rodeado de ministros y de altos oficiales del Ejército, anunció que recupera así el control sobre todas las compañías mixtas que operaban en el país. Según Reuters, el Gobierno boliviano ofreció 4,8 millones de dólares a la Pan American para comprar el 1% necesario para alcanzar la mayoría. La Pan American es propiedad de la British Petroleum (60%) y de la argentina Bridas (40%). La oposición protestó por lo que calificó de "acto puramente electoral", en una jornada en la que esta prohibida la propaganda electoral.
Los partidarios del presidente confían en que el 'sí' supere el 65% de los votos
La batalla cara al referéndum del domingo se centra, desde el punto de vista de la oposición, en lograr que el no a la nueva Constitución sea mayoritario en cinco de los nueve departamentos en que está dividida Bolivia, aunque eso no suponga derrotar al sí, respaldado por los departamentos más poblados de país. La idea es retratar la división del país en dos grandes bloques territoriales e intentar forzar un pacto posterior que deje sin efecto práctico algunos puntos del texto.
Para los partidarios del presidente boliviano, por el contrario, se trata de lograr un resultado global superior al 65% de voto favorable y mantener la mayoría en, al menos, cinco departamentos. Cualquier resultado que quede sustancialmente por debajo del 67% que obtuvo Evo Morales en el referéndum revocatorio a que se sometió cuando sólo llevaba dos años en la presidencia será interpretado como un deterioro de las posiciones presidenciales.
La campaña del referéndum finalizó oficialmente en la madrugada del jueves al viernes con los últimos mítines. El más concurrido, con diferencia, fue el del no, celebrado en Santa Cruz, con asistencia de los gobernadores de los cuatro departamentos rebeldes, conocidos como la "media luna". Aunque el escenario estaba ocupado casi en exclusiva por criollos y blancos, la gran protagonista de la noche fue Savina Cuéllar, una indígena quechua, que fue elegida en junio pasado prefecta de Chuquisaca y que se ha convertido en la estrella de la campaña del no. Cuéllar, de 46 años, viuda con siete hijos (una de ellas vive en Madrid), es una acérrima opositora a Evo Morales, (de etnia aymara) y rodeada por el presidente del Comité Cívico, Banko Marinkovic, y por el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, reclamó el voto contrario a la nueva constitución por considerar que divide al país. Savina Cuéllar, que viste siempre el traje tradicional de su pueblo, incluido el sombrero negro, provocó los mayores aplausos y entusiasmos.
En conversación posterior con EL PAÍS, la prefecta de Chuquisaca criticó los derechos especiales que la nueva constitución reconocerá a los llamados pueblos originarios. "Son pueblos indígenas muy minoritarios, que ahora tendrán control sobre amplias zonas de terreno", explicó. Le molesta también que se obligue a los funcionarios a hablar, al menos, dos lenguas: el español y una lengua indígena. "Yo hablo quechua, pero Evo Morales no habla aymara. ¿Qué hará? Eso va a crear bolivianos de dos clases", protesta. Cuéllar no se siente molesta rodeada de "criollos". "Gané las elecciones en Chuquisaca con mayoría de población indígena, pero no quiero que Bolivia esté dividida en distintas clases de ciudadanos".
Entre las decenas o centenares de miles de personas reunidas bajo la estatua de Cristo Redentor, en el centro de Santa Cruz, (el cálculo más conservador habla de 300.000) se veían muy pocos indígenas. La gran mayoría eran blancos y mestizos, con camisetas blancas y el rótulo no. Se exhibieron algunos, pocos, carteles ofensivos: "Tarzán, tú que hablas con los animales, explícale el estatuto de autonomía al MAS", el partido de Evo Morales.
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