José Serra pisa los talones a la candidata de Lula en los sondeos
La ventaja de Dilma Rousseff se reduce de 20 a 4 puntos
La carrera por la presidencia de Brasil está dando un vuelco tremendo. El candidato socialdemócrata, José Serra, sube como la espuma en los sondeos de opinión y ya se ha colocado a apenas cuatro puntos de Dilma Rousseff, la aspirante del Partido de los Trabajadores (PT) del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. A principios de mes, cuando se celebró la primera vuelta, Rousseff aparecía como la triunfadora absoluta con más de 20 puntos de ventaja sobre su contrincante y era el centro de todas las miradas. Ahora es la sorprendente resurrección de su rival la que llena las portadas de los diarios.
El último sondeo de la empresa Sensus da a Rousseff una intención de voto del 52,3% frente al 47,7% de su rival. Esta encuesta, realizada entre el 11 y el 13 de octubre, es la que augura la elección más reñida. Otros dos dan más distancia a la candidata del PT, pero en cualquier caso muestra una clara recuperación de la imagen de Serra entre el electorado. En la consulta de Datafolha, encargada por TV Globo y Folha de Sâo Paulo, Rousseff aventaja a su oponente en siete puntos de diferencia (48% frente a 41%), y la de Ibope, difundida el pasado domingo en TV Globo y el diario O Estado de Sâo Paulo -que pidió el voto para Serra-, reduce la diferencia a seis puntos (49% a 43%).
Se apuntan dos motivos para explicar el revés de Rousseff en las encuestas: uno son los escándalos de corrupción ocurridos en la jefatura del Gabinete que dirigió Rousseff. Su ex colaboradora y sucesora, Erenice Guerra, tuvo que dimitir por un presunto tráfico de influencias y abuso de poder. El otro es la polémica sobre el aborto, que ha puesto a las Iglesias católica y evangélica en contra de la candidata. Rousseff se declaró primero a favor de la despenalización del aborto y más tarde, ante el temor de perder el voto de los fieles de ambas iglesias, cambió de idea y prometió no tocar ese tema. Igualmente se echó atrás a la hora de apoyar el matrimonio de los homosexuales. Por último, algunos analistas sostienen que a Rousseff le ha acabado pasando factura la sombra de Lula, que la ha situado frente a los electores como una política sin ideas propias.
Para más inri, la aspirante del PT perdió la compostura en los últimos debates, mostrándose muy agresiva contra Serra, algo que no agradó a los electores. La campaña con vistas a la vuelta definitiva del 31 de octubre está en su punto más alto.
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