Irlanda celebrará el referéndum sobre la UE el 2 de octubre
El Gobierno de Dublín despeja el camino del Tratado de Lisboa
Irlanda despejó ayer el camino para que Europa tenga más influencia en el escenario internacional al convocar para el 2 de octubre un segundo referéndum sobre el Tratado de Lisboa, que aumenta las competencias de la Unión. En el marco de la cumbre del G-8, el primer ministro irlandés, Brian Cowen, realizó este anuncio al estimar que las garantías jurídicas ofrecidas por la Unión permitían superar las preocupaciones mostradas por los irlandeses cuando en junio de 2008 rechazaron ampliamente el Tratado de Lisboa. "Sobre esta base", dijo Cowen, "he recomendado al Gobierno que volvamos al pueblo para buscar su aprobación y para que Irlanda ratifique el Tratado".
Tras varios meses de negociaciones, Cowen logró importantes concesiones de sus socios especialmente en la legislación sobre derecho a la vida, neutralidad militar, derechos sociales y autonomía fiscal. Además, obtuvo la seguridad de que Irlanda mantendrá su comisario. Cowen consiguió también que estas concesiones se incluyeran en un protocolo que se añadiría al Tratado, con ocasión de la próxima ampliación, seguramente la de Croacia.
Los últimos sondeos divulgados por Irish Times hace tres semanas apuntan que un 54% de los ciudadanos está a favor del tratado; un 28% en contra y el 18% restante se muestra indeciso. La única fuerza importante que aboga por el rechazo es el partido nacionalista Sinn Fein. Pero la incertidumbre se mantiene debido a la crisis económica y al malestar de la opinión pública por la política gubernamental.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, y el presidente de turno de la UE, el primer ministro sueco Fredrik Reinfeldt, celebraron ayer la noticia. Barroso señaló que en un mundo globalizado los países tienen cada vez menos relevancia individualmente. "El Tratado de Lisboa", dijo, "es el mejor instrumento para defender los intereses de los ciudadanos". "Si queremos defender a nuestros ciudadanos necesitamos una Europa fuerte".
Si Irlanda aprueba el texto en octubre, el Tratado podría quedar depositado en Bruselas, último trámite de la ratificación, a finales de ese mes. Sólo quedará pendiente de ciertas modificaciones exigidas por el Tribunal Constitucional de Alemania conforme a la legislación del país, que no presentan problemas, y de las firmas de los presidentes de Polonia, Lech Kaczynski, y la República Checa, Václav Klaus.
El tratado fue la alternativa a la Constitución Europea, rechazada por Francia y Holanda en 2005. El nuevo texto agiliza la toma de decisiones y refuerza las competencias de la Unión.
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