Felipe Calderón propone reformas profundas para cambiar México
El mandatario considera indispensable alcanzar la cobertura universal de salud
Casi tres años después de acceder a la presidencia de México, Felipe Calderón ha llegado a la conclusión de que su país necesita un cambio radical, de pies a cabeza. "Los ciudadanos no están satisfechos", admite, "y perciben una enorme brecha entre sus intereses y los de los gobernantes. El sistema político actual no es capaz de ofrecer soluciones. La política es para los ciudadanos sinónimo de conflicto y de parálisis. Tenemos que cambiar a México... con todos los riesgos y los costos que ello implica".
Tan contundente declaración se produjo en el marco más solemne. En el Palacio Nacional, ante todas las fuerzas vivas de la nación y con motivo de su tercer informe de Gobierno. El presidente de México empleó buena parte de su discurso en defender sus medidas contra el crimen organizado y contra los efectos de la crisis, pero, como le recordó enseguida la oposición, los resultados no son muy halagüeños: la nómina de asesinatos no decrece a pesar del despliegue del Ejército y la de parados ya se ha convertido en un auténtico drama nacional. De ahí que Felipe Calderón quisiera adelantarse a las críticas declarando: "Soy el primero en reconocer que a la vista del México al que aspiramos, lo logrado es claramente insuficiente y que, a este ritmo, tomaría muchos años, quizá décadas, el poder vislumbrar en hechos concretos el México que queremos".
Felipe Calderón llamó a todos los sectores a participar en un debate que desemboque en el "cambio profundo" que necesita México. El presidente señaló 10 puntos indispensables para impulsar la transformación del país. Lo curioso es que algunos de ellos, como el de superar el "marasmo de intereses" que impiden una educación de calidad, se contradice a todas luces con lo practicado hasta ahora por su Gobierno. Calderón también considera indispensable alcanzar la cobertura universal de salud —un reto nada fácil si se tienen en cuenta las gravísimas carencias del actual sistema— y una "transformación de raíz" que elimine los privilegios en el sector energético. No obstante, el presidente quiso situar en el primer lugar de los retos a afrontar el del combate a la pobreza. "Tenemos que destinar toda la fuerza y los recursos del Estado para frenar el crecimiento de la pobreza. Por ello propondré un presupuesto que no reduzca el gasto en el combate a la pobreza y que lo blinde para evitar desvíos en cualquier orden de Gobierno".
"El objetivo", concluyó el presidente, "es plantearnos si el actual sistema político permite procesar los conflictos. Tenemos que pasar del sufragio efectivo a la democracia efectiva. Es la hora del cambio. Seamos la generación que pasó por encima de cualquier interés particular y puso por delante el interés de México".
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