Escaños bajo sospecha
Transparencia Internacional afirma que los parlamentos son la segunda institución peor valorada tras los partidos
¿Están a salvo las arcas públicas del resto de países europeos de abusos similares a los cometidos por los parlamentarios británicos? Lo cierto es que muchos de los gastos embarazosos de los diputados de Westminster se han conocido debido a que Reino Unido cuenta con un sistema de compensación de gastos mediante entrega de facturas, mientras que los parlamentarios de otros países reciben una cantidad alzada al mes para manutención y alojamiento, como es el caso de España o Francia.
Por lo general, algunos gastos menores, como los de transporte sí son reembolsados. Los diputados y senadores españoles disponen de una tarjeta-taxi con un saldo de 250 euros para sus desplazamientos por la capital. Los parlamentarios elegidos por una circunscripción electoral que no sea Madrid reciben 1.822 euros al mes para vivienda y manutención y los electos por la capital 869 euros. En Francia, la asignación es la misma, con independencia del distrito electoral de origen.
De todos modos, la mejor herramienta para evitar corruptelas es el acceso a la mayor cantidad de información posible sobre lo que ganan los diputados. Gracias a la exigencia de las leyes suecas, en 1995 se conoció que la viceprimera ministra, Mona Sahlin, estaba usando la tarjeta de crédito ministerial para comprar, entre otros gastos, los pañales de su bebé. "La información que ofrecen el Congreso y el Senado españoles sobre las declaraciones patrimoniales de sus miembros es muy deficitaria si la comparamos con la de otros países de Europa", considera Helen Darbishire, directora de la ONG Access Info Europe.
La detallada información que ha publicado gracias a una filtración el diario británico The Daily Telegraph iba a ser desvelada por la Cámara de los Comunes en julio por exigencia de la ley británica de Acceso a la Información de 2005.
"Los primeros interesados en que haya absoluta transparencia sobre sus salarios y dietas son los propios parlamentarios", opina Jana Mittermeier, responsable en Bruselas de la ONG anticorrupción Transparencia Internacional. De acuerdo con el barómetro de percepción de la corrupción que elabora esta organización, en 2007 los parlamentos eran la segunda institución peor valorada por los ciudadanos, sólo después de los partidos políticos, y con menor consideración que la policía o los jueces.
El daño que el escándalo de los gastos indebidos ha causado al Parlamento británico puede traducirse con gran probabilidad en una alta abstención en las elecciones europeas. El Eurobarómetro de abril reflejó que sólo el 22% de los ciudadanos británicos tenían previsto votar el próximo 7 de junio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.