Detenida una consejera de Blair por la venta de títulos nobiliarios
Ruth Turner, íntima colaboradora del primer ministro británico, Tony Blair, fue ayer interrogada bajo arresto por la policía y puesta luego en libertad bajo fianza. El interrogatorio tiene una gran importancia política porque se trata de la primera vez que alguien de Downing Street es interrogado como sospechoso, y no como mero testigo, en el caso de la supuesta venta de distinciones a cambio de financiación al Partido Laborista y porque Turner fue interrogada, además, por un supuesto delito de obstrucción a la justicia. Es decir, porque la policía sospecha que ha podido destruir pruebas sobre ese caso.
Turner, de 36 años, es directora de relaciones con el Gobierno y en la práctica es la persona que ejerce de vínculo entre el primer ministro y buena parte del mundo exterior, como el Partido Laborista y sus donantes.
Blair hizo pública una brevísima declaración escrita desde su residencia campestre en Checkers: "Ruth es una persona de la más alta integridad hacia la que tengo gran estima y en la que sigo teniendo absoluta confianza". Turner hizo pública otra escueta declaración en la que niega haber cometido ninguna ilegalidad.
Pero su interrogatorio supone un nuevo sesgo en las investigaciones policiales y, sobre todo, significa que el primer ministro está lejos de haber superado este escollo. Blair se convirtió en diciembre pasado en el primer jefe del Gobierno británico en ejercicio interrogado por la policía por un caso de corrupción. Pero Blair compareció como testigo, no como sospechoso, y la policía no le arrestó. Downing Street quedó satisfecho porque aquel interrogatorio se acomodó a los deseos del primer ministro en términos de agenda y discreción y pensó entonces que lo peor había pasado.
Un centenar de testigos
Sin embargo, eso ya no parece así porque Ruth Turner, que ya había sido interrogada como testigo en septiembre, ha sido ahora formalmente arrestada. Eso significa que la policía la trata como sospechosa y que, al arrestarla, puede acceder libremente a sus documentos y ordenadores.
Aunque ha habido ya casi un centenar de testigos interrogados -tanto laboristas como conservadores-, Turner es sólo la cuarta persona interrogada bajo arresto, junto al recaudador oficioso del laborismo y amigo personal de Blair, lord Levy, y dos donantes laboristas, Des Smith y Christopher Evans.
El hecho de que la policía interrogara a Turner "por sospechas de obstrucción a la justicia" es especialmente delicado para Blair porque abre las puertas a la especulación de que Downing Street ha podido destruir o intentado destruir pruebas sobre el caso, lo que constituiría un enorme escándalo político si llegaran a presentarse cargos contra cualquier aliado del primer ministro.
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