Críticas de Scotland Yard al Gobierno por atribuirse el fin de los disturbios
Un jefe policial minimiza la influencia de los políticos en las tácticas empleadas
Scotland Yard y el Gobierno británico se han involucrado en las últimas horas en una inusitada batalla en la que cada parte se atribuye el éxito de haber acabado con los disturbios callejeros, que no se han repetido desde el martes por la noche. La tensión empezó a hacerse patente después de que el primer ministro, David Cameron, criticara abiertamente el jueves en los Comunes las tácticas empleadas inicialmente por la policía para acabar con los saqueos.
El primer ministro aseguró en el debate parlamentario de urgencia que la propia policía le había reconocido que fue un error tratar de entrada la situación "como si fuera una cuestión de orden público, cuando en realidad era esencialmente un asunto criminal".
La ministra del Interior intenta rebajar la tensión y alaba a los agentes
La ministra del Interior, Theresa May, echó más leña a esa hoguera al afirmar que fue ella quien el miércoles, en una teleconferencia con todos los responsables policiales, dio "órdenes de que fueran movilizados todos los agentes, se suspendieran todos los permisos y que las tácticas contundentes utilizadas por la Policía Metropolitana fueran adoptadas por todas las fuerzas policiales para enfrentarse al desorden público".
El presidente de la influyente asociación de jefes de policía y uno de los favoritos para ser el próximo jefe de Scotland Yard, sir Hugh Orde, respondió a la ministra de forma tajante. "El hecho de que los políticos volvieran es una cuestión irrelevante en relación con las tácticas que se estaban desarrollando entonces", declaró el jueves por la noche en la BBC. "Las tácticas más contundentes que se emplearon no fueron consecuencia de interferencia política, sino de la cantidad de agentes puestos a disposición de los responsables policiales para cambiar sus tácticas", añadió.
Ayer quiso quitar hierro a la polémica asegurando que no hay diferencias con el Gobierno y encomiando la confianza que la jefa del Home Office tiene en la policía y su conocimiento del entorno en el que trabajan. Y la ministra intentó también rebajar tensiones. "Lo que acepto es que la gente que ha conseguido controlar los disturbios es la policía", dijo.
Pero varios mandos policiales mantuvieron viva la polémica. "Es falso que los políticos hayan arreglado los problemas", declaró el presidente de la federación de policías de Manchester. El vicepresidente de la federación nacional calificó de "baratas" las declaraciones de May y aseguró que Orde está "indignado".
También aumentaron ayer de tono las diferencias entre Scotland Yard y la Comisión Independiente de Quejas de la Policía (IPCC), que desde el principio se han echado los trastos a la cabeza sobre quién tenía que haber informado a la familia de Mark Duggan sobre las circunstancias de su muerte. A instancias del periódico The Guardian, la IPCC admitió que pudo dar "inadvertidamente" información equivocada sobre el tiroteo en el que murió Duggan.
Aunque Scotland Yard nunca ha dicho que este les disparara, la IPCC ha admitido ahora: "Parece posible que hayamos podido hacer creer verbalmente a periodistas que hubo un intercambio de disparos porque era algo coherente con la información previa que habíamos obtenido de que un agente había recibido un disparo y había sido llevado al hospital". Luego se supo que esa bala, que se incrustó en la radio del policía, había sido disparada por un compañero suyo.
[Más de la mitad de los británicos cree que el primer ministro, David Cameron, no actuó lo suficientemente pronto para frenar los disturbios, informa Reuters. Según un sondeo de ComRes para el diario The Independent, solo el 30% de los ciudadanos considera que Cameron respondió adecuadamente a la crisis].
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