Clinton tendrá un papel estelar junto a Obama en la Convención Demócrata
La senadora logra que los delegados puedan votar también por su candidatura
Hillary Clinton tendrá una última ovación antes de apartarse del camino hacia la presidencia de Estados Unidos. Los delegados de la Convención Demócrata, en la que se elegirá de forma oficial al candidato del partido y su aspirante a la vicepresidencia, podrán votar tanto por ella como por Barack Obama.
El candidato cedió a las propuestas para evitar una imagen de división
Hillary trata de situarse para 2012 en el caso de que gane McCain
El nombre de Clinton aparecerá finalmente como posible candidata después de semanas de negociaciones entre los equipos de ambos. La razón aducida es que se trata de la mejor opción para garantizar la unidad del partido, para que los seguidores de Clinton no boicoteen la Convención y puedan rendir honores a la senadora antes de replegar velas y unirse en torno a Obama para lograr que un demócrata vuelva a la Casa Blanca. Hillary ha ganado la última mano.
Clinton no pretende lograr la candidatura por sorpresa y en el último momento, lo que sabe es imposible. Ha anunciado, de hecho, que cederá sus votos a Obama. Lo que buscan la senadora de Nueva York y sus partidarios es un reconocimiento. Dos meses después de su retirada de la campaña y teniendo que resolver su futuro político, Clinton quiere dejar constancia de que fue una batalla reñida, de que más de 17 millones y medio de votantes la eligieron a ella en las primarias y de que Obama ganó apenas por 150.000 votos.
En caso de que éste perdiera las elecciones presidenciales en noviembre, la manifestación pública de adhesión de un buen número de delegados en la Convención dejaría a Clinton muy bien situada para volver a intentarlo en 2012.
El comunicado conjunto emitido por los equipos de Obama y Clinton el jueves explica que ambos trabajan juntos para conseguir la victoria en noviembre pero que quieren honrar a los 35 millones de personas que participaron en las primarias. "Estoy convencido de que rendir honores a la histórica campaña de la senadora Clinton nos ayudará a celebrar este momento decisivo de nuestra historia y a llevar al partido a la unidad", señala Obama en el texto. "Con cada voz escuchada y el partido estrechamente unido, elegiremos al senador Obama presidente de Estados Unidos y llevaremos de nuevo a la nación por el camino de la paz y la prosperidad", añade Clinton.
La Convención se celebrará en Denver (Colorado) entre el 25 y el 28 de agosto, dentro de apenas 10 días. Los seguidores de Clinton han estado especialmente beligerantes durante las últimas semanas. Algunos partidarios han acusado al Partido Demócrata de sexismo en las primarias y amenazaban con retirarse en bloque después del discurso de la senadora el miércoles 26 de agosto, segundo día del evento y dos jornadas antes de que Obama protagonice su proclamación como candidato ante más de 70.000 personas.
Un vídeo colgado en YouTube la semana pasada por un grupo de apoyo a Clinton mostraba la intención de la senadora de reivindicar su papel en la Convención. "Saldremos reforzados si la gente siente que sus puntos de vista han sido respetados", afirmaba Clinton ante un grupo de seguidoras de California en una reunión privada que fue grabada por un asistente y distribuida después por Internet. Las mujeres, completamente entregadas, fantaseaban incluso con la posibilidad de lograr una inesperada victoria, lo que ella descartó de inmediato. Las cifras dejan poco espacio para los milagros. Obama tiene, en principio, asegurados los votos de 2.206 delegados, más de los que necesita para lograr la nominación.
En esa reunión Clinton defendió la idea como necesaria catarsis para sus seguidores. "Es como una tragedia griega", dijo. "Todo el mundo irá y querrán gritar y tener su oportunidad de decir lo que piensan. Y creo que eso es bueno porque después, cuando haya terminado, todos podrán decir: 'Muy bien, ya está. Ahora tenemos que salir ahí fuera y ganar las elecciones".
Obama, cuya primera reacción ante este vídeo fue decir que no creía que lo que necesitaba el partido fuera precisamente una catarsis, ha acabado aceptando, tal vez como mal menor ante las amenazas de los partidarios de Clinton, los argumentos de su ex rival.
No está claro cómo repercutirá este gesto simbólico en las elecciones presidenciales ni en la campaña de Barack Obama. Ni siquiera está claro cómo se hará la votación en Denver. Hay distintas posibilidades, según las normas del partido. Podría hacerse un voto general en el que todos los delegados tienen que decir sí o no a cada uno de los candidatos. O podrían empezar a desfilar representantes de todos los Estados para manifestar de viva voz su opción. La votación podría hacerse también por medios electrónicos.
La elección de la forma en la que se va a votar no es un tema menor ahora que se puede elegir a dos personas. Un voto oral emitido por separado por cada uno de los Estados haría más visible la división del partido y dejaría en evidencia que para muchos, de hecho, Barack Obama no era su opción.
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