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El futuro de la OTAN

Bush y ZP se ven pero no se miran

Miguel González

Son diez minutos largos. El jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, entra en la sala donde va a celebrarse la cumbre sobre el futuro de Afganistán, con asistencia de 47 mandatarios. Casi de inmediato toma asiento. Las cámaras de televisión le muestran ensimismado. Apenas a escasos metros, el presidente de EE UU, George W. Bush, departe animadamente con la canciller alemana, Angela Merkel, y el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer. Otros asistentes, como el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE, Javier Solana, se suman al círculo, cada vez más nutrido. En un momento determinado, Bush se acerca al asiento contiguo al que ocupa Zapatero y saluda al primer ministro sueco, Friedrik Renfeldt. Pero Zapatero no se da cuenta porque está charlando con su ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, quien se interpone entre ambos. Bush se aleja. Zapatero sólo se incorpora para estrechar la mano al presidente afgano, Hamid Karzai, a quien Carles Casajuana, asesor de política exterior de La Moncloa, trae del brazo. La reunión comienza sin que Bush y Zapatero intercambien una palabra.

Ya no habría más oportunidades. Todavía ayer al mediodía, Zapatero expresaba su confianza en hablar con Bush. "Seguramente sí, porque queda bastante cumbre por delante", contestaba a los periodistas, que le preguntaban por su esperado encuentro con el presidente de EE UU. Pero, aunque la cumbre de Bucarest acaba esta mañana, Zapatero regresó a Madrid ayer por la tarde, para ser recibido hoy por el Rey y presidir la última reunión del Consejo de Ministros en funciones.

Lo cierto es que Zapatero no hizo muchos esfuerzos por acercarse a Bush. Ni recorrió los escasos metros que les separaban ni atendió al llamamiento del presidente de EE UU y de la OTAN para que los aliados envíen más tropas a Afganistán. "Mantenemos el principio de que el número de efectivos que tenemos es suficiente. Y así seguirá", dijo el presidente español zanjando la cuestión. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se ganó los elogios de Bush, quien llegó a compararle con un Elvis Presley redivivo, pero fue tras anunciar el envío de 700 soldados al este de Afganistán, donde sustituirán a tropas de EE UU.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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