Arranca en Cuba el mayor proceso de eliminación de empleos públicos
En los primeros seis meses del plan desaparecerán 500.000 puestos de trabajo
Desempleo o "reordenamiento laboral"; trabajadores "disponibles" o parados... como se le quiera llamar al proceso traumático que viene, es igual: para el Gobierno de Raúl Castro y para los 11 millones de cubanos, llegó el día D. Después de muchos preparativos, ayer arrancó oficialmente el mayor proceso de eliminación de empleos estatales de la historia de la revolución. Comenzó por los Ministerios de la Industria Azucarera, Agricultura, Construcción, Salud Pública y en el sector del Turismo; luego vendrán los demás. En los próximos seis meses desaparecerán 500.000 puestos de trabajo, primera fase de un plan para limpiar las "plantillas infladas" durante medio siglo de políticas igualitaristas. El propósito es que en los próximos tres años el Estado se deshaga de 1,3 millones de empleados y funcionarios, un 25% del total.
La indemnización es de un mes de sueldo (unos 14 euros) por diez años trabajados
La reconversión es de calibre pesado, o al decir de un economista cubano, "digna de un ajuste del Fondo Monetario Internacional": lo estipulado es que se compense a los trabajadores "sobrantes" a razón de un mes de salario por cada diez años trabajados, en algunos casos puntuales con alguna ayuda extra. El salario medio en Cuba es de unos 410 pesos cubanos (equivalente a 14 euros), y aunque mucha gente no puede vivir de su sueldo llega a fin de mes gracias a lo que "resuelve" en su centro laboral. "Es fácil de entender que salir fuera del circuito estatal representa saltar al vacío", señala un académico.
El Estado ya ha dicho que solo puede hacer una oferta de empleo, y no a todos, en sectores como el de la agricultura o la construcción. El que no acepte la propuesta ha de buscarse la vida como pueda en el sector privado o cooperativo, que ahora el Gobierno impulsará como alternativa al problema social que se avecina.
Según estimaciones oficiales, en 2011 se acabará definitivamente con 146.000 puestos de trabajo estatales y otros 351.000 funcionarios "pasarán a otras formas de empleo independiente". Se pretende que en los próximos meses 100.000 personas pasen a ejercer diferentes trabajos por cuenta propia y que para 2016 el 50% de los cubanos ya estén en el sector privado. Algo nada sencillo y que, de lograrse, supondrá un verdadero cambio estructural -y de mentalidad- en un país donde hasta ayer el 90% de la economía era controlada por el Estado.
Tema peliagudo es cómo y quién decide qué trabajadores se marchan. Cuba es quizás el único país del mundo en el que el sindicato único -la Central de Trabajadores de Cuba (CTC)- toma partido activamente en este proceso y aconseja a la empresa qué trabajadores no son "idóneos" para seguir en determinado puesto. En cada centro laboral se ha creado una "comisión de expertos", integrada por entre cinco y siete personas, incluidas un representante de la CTC y de la administración, que hace la evaluación y propone a la dirección de la empresa u organismo la lista fatal. La decisión que tomen es inapelable.
Tensiones hay y considerables. En algunos hoteles e instalaciones turísticas, donde los empleos son muy apreciados -por el acceso a las divisas- y ya han comenzado los despidos, las discusiones entre la plantilla, el sindicato y el resto de los "factores" están siendo duras. El secretario general de la CTC, Salvador Mesa, ha pedido que las "comisiones de idoneidad" sean "verdaderos representantes de los trabajadores para evitar el favoritismo, el nepotismo, el paternalismo y la falta de profundidad en los análisis".
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