Argentina celebra a lo grande el Bicentenario de su Independencia
Decenas de miles de personas se congregan en la famosa avenida 9 de julio para presenciar el fastuoso desfile de unos 5.000 soldados y efectivos de las Fuerzas de Seguridad
Por segunda vez desde el fin de la dictadura militar -la primera fue bajo el mandato de Carlos Menem-, el Ejército argentino ha desfilado hoy por las calles de Buenos Aires para conmemorar el Bicentenario de la Independencia del país. Unos cinco mil soldados y efectivos de las Fuerzas de Seguridad han recorrido la formidable Avenida del 9 de Julio, cerrada al trafico prácticamente de viernes a martes, dentro de un gran programa de festejos que se inició en la noche del viernes con un concierto de rock y la inauguración del Paseo del Bicentenario, formado con 123 casetas que representan a las provincias y a las principales instituciones del país.
Más de 200.000 personas (500.000 según los organizadores) se han concentrado en la avenida para la apertura de la fiesta popular, realizada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En un tono festivo, Cristina Fernández ha encendido la iluminación especial del Paseo y se ha emocionado al animar a sus conciudadanos a celebrar la independencia. "La verdad es que Dios quiso que yo fuera la presidenta del Bicentenario", ha dicho.
Los festejos no se celebran, sin embargo, en un clima de unidad, sino en medio de sonadas peleas políticas. La presidenta no asistirá al Tedeum organizado en Buenos Aires por el cardenal Beroglio, crítico con la labor de su Gobierno, sino que acudirá a un acto religioso parecido en la Basílica de Luján, a 60 kilómetros. Tampoco acudirá el lunes a la inauguración del renovado Teatro Colón, acto que organiza el intendente de la capital, Mauricio Macri, por considerar que en los últimos días ha sido injuriada por el alcalde.
Otras voces afirman que Macri le dijo a Cristina Fernández: "Si viene con su marido, habrá que sentarse al lado, porque no me pone contento". El intendente reprocha a Néstor Kirchner una "mano oculta" en la decisión de juez Oyarbide de procesarle en el llamado "caso de las escuchas". Hoy continuaban los esfuerzos para intentar arreglar el entuerto y que la inauguración del Colon, un verdadero acontecimiento musical porque se trata de uno de los mejores teatros de ópera del mundo, no se convierta en un ejemplo tan evidente de desunión.
Al margen de las disputas políticas, los festejos tienen un fuerte acento popular. El principal escenario es la mencionada Avenida del 9 de Julio, donde, frente al Obelisco, se ha instalado un gran escenario, adornado con banderas celestes y blancas. Hoy se veían también entre el público enseñas con las imágenes de Juan Domingo y Eva Perón, de la llamada Agrupación Descamisados.
La agradable temperatura otoñal, 18 grados, favoreció la masiva asistencia a los actos inaugurales. A primera hora de la noche arrancó el festival de rock, con Kananga, fusión de rock, reggae, candombe y otros estilos bailables. Una niña los escuchaba con su escarapela celeste y blanca prendida en el vestido. Eran más bien pocos, sin embargo, los que llevaban símbolos patrios. Casi se veían más personas que lucían la camiseta de la selección nacional de fútbol, que precisamente se despide el lunes con un partido amistoso frente a Canadá, antes de partir rumbo al ansiado Mundial de Sudáfrica.
Música y Bicentenario
Eran las 0.44 del sábado y los Kananga cantaban: "Andáte a dormir vos". Un cincuentón revoleaba su pañuelo como si fuera música folclórica, y no rock. "Hay que bailar la chacarera, ¿no?", les dijo a unos jóvenes que se marchaban desilusionados con el festejo. "Este Bicentenario es una fantochada, pero acá estamos", admitió uno de ellos, de cabello bien corto. "Somos absurdos, pero vamos por 200 años más", añadió otro, de rastas, al lado de un puesto montado para contar las obras públicas del Gobierno de Fernández. "¡Vamos Argentina, carajo!", gritaba el líder de Kapanga al finalizar su turno. Más adelante, grandes pantallas mostraban las banderas de los países que se adhirieron a la celebración del Bicentenario, entre ellos, España.
A las 0.55, Los Pericos comenzaban su show de reggae. "El festejo está muy bien porque se da justo en esta época en que tenemos motivos para festejar", opinaba Roberto, estudiante de 24 años. "Hay motivos porque de los dos proyectos que están en disputa, va ganando el popular", agregaba su amiga, Laura, docente de la misma edad, con una hamburguesa en la mano. No estaba tan entusiasmada Verónica, de 35 años, empleada de una empresa de limpieza. "Vinimos con mis amigas porque no nos queremos perder esta fiesta, pero hay mucho por resolver en este país, mucho", aseguraba, entre sonrisas.
A la 1.19 llegó el turno de la música fusión de Los Auténticos Decadentes para cerrar la primera de las cuatro noches de fiesta. "Yo quiero a mi bandera", cantaban una letra de Sumo, un grupo mítico de los 80. "¡El que no salta es un inglés!", acabó gritando y brincando la multitud. En la escuela se aprende que las invasiones británicas del Río de la Plata de 1806 y 1807 ayudaron a forjar el primer nacionalismo argentino y nadie olvida, ni mucho menos, la guerra de Malvinas de 1982.
A lo largo de la 9 de Julio está previsto que desfilen estos días no solo los militares sino también cortejos organizados por las distintas provincias y por colectivos de inmigrantes y sus descendientes. En la esquina de la 9 Julio con Rivadavia, se ha instalado un puesto de las Madres de Plaza de Mayo con la frase del Che Guevara: "Hasta la victoria siempre". Frente a él han pasado hoy, disciplinadamente, los efectivos del desfile militar, representantes no solo de regimientos históricos, como Patricios o los Granaderos, sino también del Colegio Militar, la Escuela Naval o las Escuelas de Suboficiales, vinculados en su día a la feroz represión de la dictadura
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.