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Anarquistas veteranos y adolescentes se funden en la protesta griega

Un núcleo central de 500 radicales capitanea la oleada de disturbios

María Antonia Sánchez-Vallejo

Son poco más de 500 y siguen tácticas de guerrilla urbana en un tablero muy proclive al juego del ratón y el gato, la intrincada topografía del centro de la ciudad de Atenas. Los protagonistas de la violencia que desde hace una semana sacude Grecia pertenecen a grupos anarquistas, antisistema y autogestionarios, depositarios en parte de una larga tradición de resistencia juvenil, pero también herederos lejanos del grupo guerrillero Lucha Popular Revolucionaria (ELA, en sus siglas en griego), desarticulado a finales de los noventa del pasado siglo y responsable de la colocación de 200 artefactos explosivos y de dos asesinatos políticos entre 1975 y 1995.

En la primera línea de la revuelta se distinguen dos tipos de guerrilleros: los cabecillas, que en su mayoría debutaron en la lucha urbana en Atenas en 1991 cuando eran adolescentes, con motivo de las protestas que siguieron al asesinato en Patras del profesor Nikos Teboneras, y los novatos, chavales que se estrenan ahora en el lanzamiento de cócteles molotov y en las carreras entre botes de humo. Estos últimos "son críos que hasta ahora lo máximo que hacían era tirarnos piedras y volver a su casa en cuanto empezaban los gases lacrimógenos", afirma una fuente policial.

Los primeros llevan cascos de motorista, máscaras higiénicas y protección ocular; los segundos son los ya famosos encapuchados y lucen chándales, sudaderas y pañuelos para embozar su rostro. Los líderes dirigen las acciones, pero dejan campo libre a los otros, más numerosos y visibles y, tras ocho días de disturbios, a punto de licenciarse con matrícula de honor en tácticas de guerrilla urbana. Los más jóvenes son también quienes habitualmente revientan las manifestaciones pacíficas de los estudiantes.

Talibanes, encapuchados, hooligans, vándalos... El repertorio léxico con que se refieren a ellos los medios de comunicación y muchos ciudadanos es abundante, pero pocos subrayan la dimensión de terrorismo callejero -de kale borroka a la griega- que representa el fenómeno. Los responsables del movimiento están bien coordinados y mantienen fuertes lazos con otros grupos similares de Europa, en especial alemanes, según fuentes de la policía.

Ayer, tras los disturbios de la noche del sábado, la protesta pareció tomarse un respiro. Pero las organizaciones estudiantiles tienen previsto seguir con sus manifestaciones pacíficas la semana entrante, y también tienen intención de mantener el cierre de los centros de enseñanza secundaria y las universidades hasta principios de 2009.

Los campus universitarios son pilares esenciales de la arquitectura de la protesta, ya que su estatus jurídico impone a la policía mantenerse fuera de los recintos académicos. Los cabecillas de la revuelta disponen así de bases de operaciones seguras donde hacen acopio de proyectiles y preparan los cócteles molotov. En Atenas son tres sus cuarteles: la Universidad Politécnica y las facultades de Económicas y Derecho. Ayer, a la entrada de Económicas podía verse un arsenal de botellas de cristal vacías, trozos de tela para hacer mechas y un gran capazo cargado de piedras.

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Antidisturbios detienen a un manifestante radical el viernes en Atenas.
Antidisturbios detienen a un manifestante radical el viernes en Atenas.EFE

Una revuelta a ritmo de 'blog' y SMS

La revuelta de Grecia ya tiene entrada en la Wikipedia, esa enciclopedia inmediata de la Red. Con la advertencia de que "documenta un acontecimiento en curso", el artículo ofrece un relato pormenorizado, aunque inconcluso, de los hechos. Las nuevas tecnologías también se han puesto al servicio de los acontecimientos. Los teléfonos móviles son correas de transmisión tanto de consignas como de convocatorias -especialmente entre los estudiantes más jóvenes, vía SMS-, e Internet se revela como la retaguardia de la protesta. Al menos tres blogs mantienen en contacto a los radicales que ocupan los recintos universitarios con grupos afines, tanto griegos como extranjeros.

Son los órganos de expresión del movimiento anarquista del barrio de Exarjia, en Atenas, y de las ocupaciones de la Politécnica y Económicas. En ellos hay sitio para el relato de los hechos, la denuncia o el calendario de actos previstos, pero también para poemas como éste del escritor turco Nazim Hikmet: "Si yo no incendio, si tú no incendias, si no incendiamos, ¿cómo hacer luz de las tinieblas?"

La voluntad de los radicales es "quebrar la hegemonía de los medios de comunicación burgueses y acabar con la desinformación", según explica un joven anarquista que ocupa la facultad de Económicas ateniense. "No tenemos nada que decir a los medios de comunicación, lo que queráis saber podéis verlo en nuestro blog", insistía ayer, correoso, a este diario.

Pero los radicales no se limitan a escribir. En su cruzada contra los "medios burgueses", han ocupado también estaciones de radio locales, como Flash 96, y algunos incluso disponen de su propia radio online, como los okupas de la Politécnica, que emiten las 24 horas del día desde Radio 98.

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