Ahmadineyad, un invitado incómodo en Suramérica

La presencia ayer en Quito del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, provocó dos importantes fisuras en el emergente bloque de Gobiernos de izquierda de Suramérica. El presidente argentino, Néstor Kirchner, evitó viajar a la capital ecuatoriana para asistir a la toma de posesión de Rafael Correa, cuya candidatura a la presidencia apoyó, mientras que el brasileño Lula da Silva, quien mantiene una excelente relación con Correa, apenas permaneció unas horas en Quito y ni siquiera participó en el banquete ofrecido en honor de las delegaciones extranjeras.

Ahmadineyad comenzó la semana pasada una gira que le ha llevado a Nicaragua, Venezuela y Ecuador, y ha asistido a la toma de posesión de sus presidentes, Ortega, Chávez y Correa. En sus dos primeras etapas, el iraní ha recabado apoyos para el programa nuclear que lleva a cabo Teherán y ha compartido con sus anfitriones duras críticas a EE UU y al sistema económico occidental.

En Managua, Ahmadineyad aseguró que Nicaragua e Irán tienen "intereses y enemigos comunes". En Caracas declaró que está dispuesto a gastar "miles de millones de dólares" junto a Chávez en países terceros para acabar "con el yugo imperialista".

La entrada en escena, de la mano de Chávez, de un invitado tan ajeno a la región como radical en sus planteamientos contra Estados Unidos, ha generado un importante malestar en los dos principales socios de Mercosur, Brasil y Argentina. Kirchner no viajó a Quito y ayer seguía de vacaciones en El Calafate, en la Patagonia.

Argentina vive un duro enfrentamiento con Irán a raíz de la orden de detención cursada por la justicia argentina contra el ex presidente iraní Hashemí Rafsanjani y otros 11 altos cargos iraníes como responsables del atentado antisemita perpetrado en la capital argentina en 1994, que causó 85 muertos. Buenos Aires y Teherán no mantienen intercambio de embajadores y el régimen de los ayatolás ha advertido a Argentina de que "ha entrado en un terreno peligroso".

Además, los reiterados llamamientos de Ahmadineyad a la desaparición de Israel han causado un profundo malestar entre la numerosa comunidad judía argentina, que goza de una buena relación con el presidente Kirchner.

A pesar de no mantener un contencioso con Teherán, el viaje del presidente Lula a Ecuador fue decidido a última hora y no fue hasta el miércoles de la semana pasada cuando la cancillería brasileña comenzó a prepararlo. Lula ha tenido que hacer equilibrios. Tiene una buena relación con Rafael Correa -fue el primer mandatario en felicitarle tras su victoria el pasado noviembre y ya le ha recibido oficialmente en Brasilia- y Quito participará en la cumbre del Mercosur que se celebrará el próximo viernes en Río de Janeiro.

Ayer, medios brasileños señalaban que la fugaz aparición de Lula en la capital ecuatoriana responde además al intento de que Chávez no acapare la imagen de líder regional, un liderazgo que todos los Gobiernos brasileños han considerado como de interés estratégico.