Acoso a los cristianos en el mundo islámico
La sucesión de ataques y expulsiones en varios países desata inquietud
Una banda de pistoleros irrumpió este miércoles a media mañana en las oficinas de la ONG cristiana de ayuda humanitaria World Vision en Mansehra, un distrito al norte de Islamabad, y abrió fuego sobre los trabajadores que allí se encontraban. Seis de ellos murieron, otros siete resultaron heridos. El suceso es el último episodio de una cadena de actos de violencia y de acoso contra cristianos que se suceden desde hace unos meses con una frecuencia inquietante en varios lugares del mundo.
El fin de semana pasado, el Gobierno marroquí expulsó del país a 26 cristianos, la mayoría evangélicos, acusados de proselitismo. En las mismas horas, en Nigeria, centenares de cristianos murieron a golpes de pistola y machete de atacantes musulmanes en el último estallido de la crónica violenta étnico-religiosa que afecta al centro del país africano. En la zona de Mosul, en Irak, al menos ocho cristianos fueron asesinados en varias agresiones en febrero. Ya casi no quedan familias de esa fe en Mosul: han huido todos. En Egipto, ocho coptos murieron a tiros al salir de misa un domingo de enero. Incluso en India, que no es un país mayoritariamente musulmán, se suceden episodios de violencia contra los creyentes en Cristo. El listado podría seguir.
Cada una de estas historias tiene su motivación específica, a menudo muy local. El caso nigeriano se diferencia particularmente porque la violencia entre grupos ahí es reciproca. Pero en todos los demás hay un denominador común: perturbadores indicios de creciente intolerancia y, en algunos casos, persecución. Las cosas parecen ir a peor. Así lo percibe Angela Wu, directora internacional del departamento legal del Becket Fund for Religious Liberty, con sede en Washington y que defiende a creyentes de toda fe.
"Aunque surgió en Oriente Próximo, el cristianismo está visto como una influencia extranjera, occidental, en muchos rincones del mundo. Esto se debe en parte al legado del colonialismo. Pero ahora, la situación ha sido exacerbada por las guerras de Irak y Afganistán y por el episodio de las viñetas de Mahoma publicadas en Dinamarca. Esta retórica afecta cada vez más a las minorías cristiana", comenta Wu, en conversación telefónica desde EE UU.
En algunos casos, el acoso es gubernamental, en otros, la violencia es ejercida por vecinos. A menudo hay una relación entre los dos factores. Wu destaca cómo en muchos casos la cada vez más agresiva aplicación de las leyes sobre blasfemia y la laxitud de la protección de las minorías desata una espiral perversa.
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