A 200 metros de los mineros atrapados en Chile
Una de las tuneladoras alcanza un taller aledaño al refugio de los obreros.- Ahora debe ampliar el diámetro de la perforación hasta los 70 centímetros
El Plan B, la tuneladora T-130, ha llegado a 200 metros de los 33 mineros atrapados a 700 metros de profundidad en el yacimiento de San José, al norte de Chile, desde el 5 de agosto. El ministro de Minería, Laurance Golborne, ha indicado que han logrado excavar hasta el taller aledaño al refugio de los obreros. "Ahora debemos cambiar los martillos de los taladros para realizar la perforación definitiva de 70 centímetros de diámetro por donde saldrán los mineros", ha aclarado el mandatario. Después deberán encamisar-asegurar las paredes del conducto- para el paso de los trabajadores.
Golborne ha asegurado que el rescate va "un poquito mejor de lo presupuestado en los plazos, es posible que terminemos en noviembre". Este mediodía, los 33 hombres izaron una bandera en el interior de la mina. En la superficie, sus familiares colocaron 33 enseñas con mensajes de apoyo para los mineros.
El Plan A, la máquina Strata 950, está detenido a 320 metros de perforación, y el Plan C, una máquina perforación petrolífera comenzaría a funcionar el próximo lunes. Es una RIG 412, capaz de perforar una sonda de 70 centímetros de diametro a un ritmo de 20 o 30 metros diarios, lo que permitirá agilizar las tareas de rescate.
La lucha por sobrevivir
Chile se ha volcado con los mineros y las tareas de rescate. Desde que el derrumbe de la mina, ocurrido el 5 de agosto, se conocía la existencia del refugio y que contaba con los suministros necesarios para que los mineros pudiesen sobrevivir un tiempo. El acceso a la mina dificulta las tareas de rescate, pero el 23 de agosto, una sonda llegó donde los trabajadores y estos pudieron enviar un mensaje, escrito en letras rojas en un papel de cuaderno: "Estamos bien en el refugio los 33". La felicidad tomó la región y en la capital, Santiago, los coches pitaban y las banderas de Chile se asomaban por los balcones.
Los mineros sobrevivieron hasta entonces con dos cucharadas de atún en conserva, un vaso pequeño de leche, media galleta y pequeños dados de melocotón en almíbar cada 48 horas. Establecido el contacto, los psicólogos aconsejaron a los familiares que en la cartas no contasen aquello que pudiera bajar los ánimos a los atrapados. Los mineros tienen establecido una rutina de ejercicios, especialmente abdominales, para que el diámetro de sus cinturas no obstaculice el rescate.
Un equipo de asesoramiento médico de la NASA se trasladó a la entrada de la mina. Su labor está siendo determinante para aumentar la hidratación en un lugar donde la temperatura mínima son 32 grados. Los mineros han podido perder más de diez kilos cada uno y la excesiva humedad puede grabar las lesiones de piel. Los trabajadores se han comunicado con el exterior mediante vídeos. Y la superficie con ellos. Como Ariel Ticona, que vio las primeras imágenes de su hija recién nacida gracias al cable de fibra óptica que comunica el interior de la mina con el exterior. Ticona pidió a su mujer que llamara a la niña Esperanza, el nombre del campamento donde esperan su rescate.
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