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Las consecuencias de un acuerdo histórico

Los sindicatos dejan abierta la crisis de la reforma laboral

Achacan el acuerdo al cambio de actitud del Gobierno tras la huelga general

Manuel V. Gómez

Los sindicatos han llegado a un gran acuerdo con el Gobierno. Han pactado la reforma de las pensiones y las políticas activas de empleo, y han alumbrado declaraciones grandilocuentes sobre política industrial y energética. Pero no por ello olvidan que hace cuatro meses fueron a la huelga general contra la reforma laboral del Ejecutivo. Y este acuerdo no ha cerrado aquel contencioso: "Ese conflicto sigue abierto", apuntilló ayer Ignacio Fernández Toxo, secretario general de Comisiones Obreras.

Su homólogo de UGT, Cándido Méndez, criticó por su parte los efectos nocivos que, en su opinión, está teniendo esa reforma, y recordó que ambos sindicatos siguen recogiendo firmas para presentar ante el Congreso de los Diputados una iniciativa legislativa popular para derogar buena parte de la norma.

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Así se pronunciaron ayer, en la rueda de prensa en la que anunciaron que los órganos directivos de sus organizaciones habían aprobado por "inmensa mayoría", más del 90% en ambos casos, el acuerdo social y económico al que llegaron con el Ejecutivo la noche antes. También ayer la junta directiva de la patronal ratificó el pacto, que las tres partes rubricarán hoy de forma solemne en La Moncloa.

Firmado el pacto social, ahora llega el turno de la política. Tanto UGT como Comisiones Obreras emplazaron a los grupos parlamentarios a sumarse al acuerdo, sobre todo en lo referente a las pensiones, ya que consideran fundamental reeditar el consenso del Pacto de Toledo. Pese a la amplitud del acuerdo, Toxo negó que sea un pacto de Estado, "para eso le faltan materias, como la fiscal, que sigue siendo un conflicto importante con el Gobierno".

Para los líderes sindicales, el texto que sancionaron y alabaron ayer es "conveniente para los trabajadores", en palabras de Méndez. "Es un acuerdo importante", abundó Toxo. Ambos rechazaron que regalará un "balón de oxígeno" al Gobierno. Y si así fuera, no sería esa su intención.

Ayer, ni uno ni otro dirigente sindical estaba por el triunfalismo. Ambos pusieron el énfasis en las tareas pendientes (negociación colectiva, desarrollo de lo pactado para los funcionarios, y política energética e industrial).

A la hora de explicar cómo ha sido posible un acuerdo tan amplio en tan poco tiempo y apenas cuatro meses después de una huelga general, ambos mantuvieron que se debe a un cambio de actitud del Ejecutivo.

¿El motivo? "El impacto de la huelga general del 29 de septiembre ha pesado en el ánimo del Gobierno para abrirse a una negociación no solo sobre la reforma de pensiones sino más amplia. Se diga lo que se diga, la huelga general ha hecho mella en la posición del Gobierno", adujo Méndez.

"Si estamos aquí es porque ha habido una huelga general", sentenció por su parte el líder de Comisiones Obreras, que achacó a este mismo motivo el cambio de actitud del Ejecutivo en la mesa de negociaciones. Además, también la situación económica ha propiciado el acuerdo, según recoge la resolución del Comité Confederal de UGT.

Todo esto se ha traducido, según los líderes sindicales, en una reforma de pensiones muy distinta de la que había planteado el Gobierno en un principio. Por eso se ha podido llegar a este acuerdo, que ahora han comenzado a explicar a los trabajadores.

Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, durante la rueda de prensa celebrada ayer.
Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, durante la rueda de prensa celebrada ayer.GORKA LEJARCEGI

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
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