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ACCIDENTE LABORAL EN BURGOS

Siete obreros muertos en un incendio en Burgos

Cinco trabajadores heridos graves, dos en estado crítico, al arder combustible almacenado en su vestuario

Siete trabajadores fallecieron ayer en Burgos y otros cinco permanecen hospitalizados (dos de ellos en estado de extrema gravedad) por una deflagración en el local donde a las ocho y media de la mañana se cambiaban de ropa para comenzar la jornada laboral. Las víctimas trabajaban para la empresa Arranz Acinas, adjudicataria de las obras del carril bici de la capital burgalesa. A falta de que la investigación judicial y la encargada por el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, aclaren las causas del siniestro, la primera hipótesis apunta a que una chispa de procedencia indeterminada prendió el combustible almacenado en la lonja junto a las máquinas a que iba destinado. Seis familias residentes en el edificio bajo el que se encuentra el local tuvieron que ser realojadas.

La subdelegada del Gobierno afirma que el local no estaba habilitado para guardar máquinas
La sede de la empresa fue atacada con un 'cóctel molotov' tras la concentración de duelo
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El accidente más grave que se recuerda en Burgos se produjo hacia las ocho y media de la mañana en una lonja situada bajo un edificio de viviendas en la calle del Sauce, en el barrio de Gamonal. Quince trabajadores de la constructora Arranz Acinas (una empresa que cuenta con 280 empleados en Burgos y que los sindicatos consideran modélica en cuanto a estabilidad laboral) utilizaban habitualmente el local como vestuario, pero allí también se almacenaba algún material para la obra del carril bici: varias máquinas semipesadas y el combustible para ellas.

En el momento de la deflagración, el encargado del grupo y dos empleados más se encontraba fuera. Siete de los 12 trabajadores que permanecían en el local fallecieron. Tres de ellos residían en la localidad palentina de Astudillo y se desplazaban a diario a Burgos, según informó a Efe el alcalde del pueblo, Luis González. Se trata de Rubén Vallejo Alonso, de 42 años, casado y con dos hijos de 4 y 6 años; su cuñado Ángel García Marín, de 44 años, casado y con dos hijos de 6 y 11; y José Luis Bustillo Nava, soltero, de 46 años.

Los otros fallecidos son Alejandro Scarpellini Bernard, de 37 años, italiano residente en Burgos; Benjamín Tejido Ramos, palentino de 49; Rodrigo Pérez Juez, de 20, y Benjamín Santamaría Pérez, de 52 años, ambos burgaleses. Dos de los heridos (de 32 a 57 años; tres burgaleses, un guipuzcoano y un mauritano) se hallaban anoche tan graves que los médicos del hospital General Yagüe no esperaban que pudieran superar la noche. Los otros tres permanecen en la UCI: dos en estado muy grave a la espera de su evolución y otro en situación algo más esperanzadora, según el director gerente del hospital, Tomás Tenza. Otras 14 personas, entre ellas dos policías locales, fueron atendidas por inhalación de humo y dadas de alta.

El jefe de la unidad de bomberos que llegó en un primer momento al lugar de los hechos, Rafael Sedano, apuntó que el accidente se desencadenó al arder el combustible que se encontraba en garrafas en el interior del local. El secretario general de UGT en Burgos, Julián Juez, aseguró que el siniestro ocurrió cuando algunos de los obreros vertían gasolina de un recipiente a otro menor.

El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, se desplazó al lugar de la tragedia como otras autoridades, y ordenó una investigación porque "es evidente que algo se ha hecho mal". A la espera de sus resultados, avanzó que pudo producirse por la manipulación de un bidón de combustible y su trasiego a un grupo electrógeno, aunque se ignora cómo se desencadenó.

Pese a que la deflagración no destrozó las paredes del inmueble, fue suficiente para que ardieran las placas de poliuretano (material muy inflamable y tóxico) del techo del local. Sedano relató que todos los fallecidos fueron hallados prácticamente apilados al fondo del inmueble "aunque no se ha determinado si se encontraban en ese lugar, donde solían cambiarse, desde el principio del incendio o se refugiaron allí" para apartarse del fuego que se inició cerca de la puerta.

Todos los vecinos del inmueble situado sobre la lonja y algunas familias de otro colindante fueron desalojados para evitar que resultasen intoxicados por el humo. El Ayuntamiento de Burgos realojó a seis familias (22 personas) residentes en el edificio siniestrado en establecimientos hosteleros cercanos.

La subdelegada del Gobierno en Burgos, Berta Tricio, reconoció que "era un local sin habilitar de forma especial para guardar excavadoras pequeñas y vestuario".

El responsable de la Federación del Metal de UGT en la provincia, Ramiro Marijuán, criticó la "escasa vigilancia" por parte de las administraciones, que a su juicio no aseguran el cumplimiento de la Ley de Riesgos Laborales, si bien afirmó que Arranz Acinas (con 2.500 empleados en toda España) es una "empresa modélica en lo que a estabilidad laboral se refiere". "No son unos pistoleros", dijo, e insistió en que prácticamente todos los trabajadores fallecidos tenían contrato indefinido y experiencia en la construcción.

Rafael Cuesta, miembro del comité de empresa de Arranz Acinas, reconoció que "en ocasiones se ha formulado alguna observación a la empresa, que ha subsanado las carencias, por lo que no ha sido necesario presentar denuncia". En cuanto al uso de un local construido en lugar de casetas como vestuario de los trabajadores, Cuesta afirmó que es una "práctica habitual, porque sólo cuando no hay algún local de la empresa próximo [a la obra] se utilizan las casetas".

La dirección de la compañía emitió un comunicado en el que insistía en que su primera preocupación son los afectados y sus familias y aclaraba que el siniestro está cubierto por los correspondientes seguros. Añadía que la compañía "mantiene un estrecho y permanente contacto con las autoridades para facilitar cualquier dato que ayude a esclarecer los motivos de tan trágico suceso".

A las ocho de la tarde, convocadas por los sindicatos, unas 2.000 personas guardaron 15 minutos de silencio en señal de duelo en la plaza Mayor de Burgos. La sede de Arranz Acinas, situada a unos 500 metros, fue atacada con un cóctel molotov poco después. El Ayuntamiento ha declarado tres días de luto y hoy está convocada una concentración en la plaza del Cid y un paro de cinco minutos en la provincia a mediodía. Los trabajadores de Arranz Acinas iniciaron por la tarde un paro que continuarán hoy con el resto de empresas de la construcción.

Entre los testimonios de condolencia que llegaron a la ciudad destacaron los del príncipe de Asturias y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

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