Los muertos de tráfico en Semana Santa caen por primera vez por debajo de 40

"Un objetivo que se antojaba imposible". El vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, describió así ayer lo que por primera vez se ha logrado "en la historia de la siniestralidad vial en España": reducir las víctimas mortales de tráfico por debajo de 40 en Semana Santa. Entre las tres de la tarde del viernes 15 de abril y la medianoche del pasado lunes, 39 personas perdieron la vida en las carreteras españolas, cinco menos que en 2010. "Más allá de que 39 personas son muchas, lo más importante es que se ha convertido en una semana más en lo que se refiere a fallecidos y heridos", subrayó Rubalcaba durante la presentación del balance de la Operación de Tráfico de Semana Santa, a la que también acudieron el director de la Dirección General de Tráfico, Pere Navarro, y el subsecretario de Interior, Justo Zambrana.

Si se contemplan los últimos 10 años, el descenso es exactamente de 100 fallecidos menos. O lo que es lo mismo: en una década, "cada día de Semana Santa pierden la vida 10 españoles menos", recalcó el vicepresidente. Y para dar una visión más amplia, recordó el peor año, 1999, con 162 muertos en las carreteras -hay estadísticas desde 1960.

También ha experimentado una caída el número de accidentes mortales -36 en 2011 frente a 41 en 2010- y de heridos graves, de 195 a 249. Rubalcaba destacó especialmente este último descenso, porque "algunos heridos de tráfico retienen secuelas durante toda la vida". Y recurrió de nuevo a la comparación con las cifras de 2001, cuando 705 personas sufrieron heridas de gravedad.

La nota negativa de Semana Santa es el aumento de motoristas muertos, un total de nueve, cinco más que el año pasado, todos ellos en carreteras convencionales. Y que la velocidad y las distracciones son todavía "el binomio duro que está en el núcleo" de los accidentes. Según reveló ayer Rubalcaba, el 44% de los siniestros con víctimas mortales se produjeron por salidas de vía, que, en la gran mayoría, se deben a una de estas dos causas.

Atribuir a qué responde el descenso de la siniestralidad es "casi imposible" cuando el margen es tan estrecho, aunque Rubalcaba no se olvidó de elogiar "el comportamiento cada vez más sensato" de los conductores. Sin embargo, en la lista de descensos de Pascua también figura el número de desplazamientos: de 14,6 millones el año pasado a 14,2 en 2011, que el ministro atribuyó al mal tiempo.

Tampoco es factible discernir, según reconoció Rubalcaba, la influencia de la limitación a 110 kilómetros por hora sobre la accidentalidad. El vicepresidente recordó que era una medida para ahorrar energía y no garantizó que concluya, como se previó, el próximo 30 de junio. "Cuando bajamos a 110 lo hicimos por la carestía del crudo. Y la carestía sigue", afirmó Rubalcaba, que adelantó que a finales de ese mes se tomará una decisión sobre la prórroga o no de la medida. En cualquier caso, reconoció su influencia positiva sobre la seguridad vial, ya que se han reducido la velocidad media y las multas de radares fijos.