Un militar español muerto y otros cinco heridos en un atentado en Afganistán
Una mina anticarro explota al paso de su BMR en Herat y acaba con la vida del cabo Cristo Ancor Cabello Santana.- Otros cinco soldados han resultado heridos leves
Un soldado español ha fallecido este miércoles por la mañana en Afganistán y otros cinco han resultado heridos tras explotar una mina anticarro al paso de la patrulla en la que viajaban por una carretera a las afueras de la localidad de Herat, según ha informado el Ministerio de Defensa. El último ataque con víctimas mortales en el país asiático se produjo en noviembre de 2008, cuando dos soldados murieron en un atentado suicida.
A las 09.30 (hora local, las seis de la mañana en España) se recibió la comunicación en el Mando de Operaciones de que un vehículo BMR de la Task Force (unidad de combate) Fuerteventura pisó una mina anticarro en las proximidades de Syah Washan, cerca de Herat, con el resultado de un fallecido y cinco heridos leves, que han sido evacuados al hospital Role 2 de la FSB de Herat.
El fallecido, que era el conductor del blindado, es el cabo Cristo Ancor Cabello Santana y pertenecía al Regimiento de Infantería Ligera Soria 9, con base en Fuerteventura y estaba destinado en la Compañía de Maniobra desplegada en Herat. El fallecido era natural de Las Palmas de Gran Canaria, tenía 24 años, estaba separado y tenía dos hijos. Cabello había ingresado en el Ejército de Tierra en 2003 y fue condecorado con la Medalla de las Naciones Unidas por su participación en la misión del Líbano. Como sus compañeros, llevaba unos tres meses en Afganistán. El relevo de este contingente procedente del Mando de Canarias por otro de la Agrupación de Tropa de Montaña está previsto para noviembre.
Tras el atentado, los seis tripulantes del BMR, que viajaban en el mismo vehículo, fueron inmediatamente trasladados al hospital Role 2 de la base de Herat, donde falleció el cabo.
El vehículo formaba parte de una sección que realizaba una patrulla de reconocimiento y seguridad, con la misión de "hacer presencia" y desmantelar "check points" ilegales en el distrito Pasthun Zarghun, al este de Herat.
La patrulla, compuesta por nueve BMR, un VAMTAC y un camión de recuperación de vehículos, estaba configurada atendiendo a garantizar la máxima seguridad, según Defensa. Incluía, entre otras, las capacidades de reconocimiento y desactivación de explosivos, apoyo aéreo táctico y Role 1.
El contingente español en Afganistán, que en estos momentos supera los 1.300 militares, está dotado con 92 vehículos Lince, especialmente diseñados para soportar la explosión de este tipo de artefactos improvisados. Sin embargo, en la patrulla no iba ninguno de estos vehículos. Fuentes militares han explicado que dotar a una patrulla con un modelo u otro de blindado depende de las características de la misión, ya que aún no se cuenta con todos los Lince previstos.
La ministra de Defensa, Carme Chacón, viajará a Afganistán acompañada del jefe del Estado Mayor de la Defensa, Julio Rodríguez, quien ha suspendido la comparecencia que tenía prevista este miércoles por la tarde en el Congreso para explicar los Presupuestos.
Chacón, que ha enviado un mensaje de apoyo a las familias del militar fallecido y de sus compañeros heridos, ha asegurado que éstos serán repatriados para finalizar su recuperación cerca de sus familias. Además, la ministra ha asegurado que la configuración de la patrulla pretendía "garantizar la máxima seguridad".
Rasmussen: "Hay que seguir Afganistán para que no vuelva a convertirse en santuario de terroristas"
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, confió este miércoles en que los españoles entiendan la importancia de permanecer en Afganistán para impedir que vuelva a convertirse en un santuario terrorista, un problema que precisamente España, recordó, conoce muy de cerca. El secretario general expresó sus condolencias a "todos los caídos en Afganistán" y sus "simpatías" a las familias afectadas, tras la muerte del cabo español Cristo Ancor Cabello Santana.
Tras recalcar que "estamos en Afganistán por nuestra propia seguridad, porque no podemos permitir que vuelva a convertirse en un santuario para terroristas", resaltó que "a España, por desgracia, le resulta muy familiar el azote del terrorismo".
Al mismo tiempo, reconoció que comprende que los ciudadanos puedan sentirse "un poco impacientes" ante la situación de inseguridad que sigue imperando en el país asiático pese a la numerosa presencia de soldados internacionales.
"A todos nos gustaría ver progresos rápidos sobre el terreno. Nuestros pueblos en los países contribuyentes necesitan ver una luz al final del túnel y esta luz será dejar gradualmente la responsabilidad en manos de los propios afganos, provincia por provincia". Por este motivo, Rasmussen consideró muy importante la misión de entrenamiento de la policía y las fuerzas de seguridad afganas que la OTAN va a poner en marcha próximamente, y para la que esperan la contribución de todos los aliados.
Pero hasta que los afganos puedan asumir su propia seguridad, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) deberá seguir en el terreno, subrayó. "Si no lo hiciéramos los terroristas podrían fácilmente expandirse de Afganistán a Asia central y más allá. Por no hablar sobre el riesgo de desestabilizar al vecino Pakistán, un poder nuclear. Todos podemos ser objetivo", alertó el danés.
Afganistán se ha cobrado 88 vidas
La muerte del militar español Cristo Ancor Cabello, fallecido este miércoles como consecuencia de la explosión de una mina anticarro al paso del vehículo en el que se desplazaba, eleva a 88 el número de miembros del contingente español que han perdido la vida desde el inicio del despliegue de la misión en Afganistán en enero de 2002. Además, desde que comenzó la misión han resultado heridos al menos 26, incluidos los cinco provocados por el atentado de hoy.
Siete de los fallecidos murieron en ataques de los insurgentes, 79 en accidentes aéreos (62 en el Yak-42 y 17 en el helicóptero Cougar), uno en un accidente de tráfico y otro por un infarto de miocardio.
El primer ataque mortal contra las tropas españolas se produjo el 8 de julio de 2006, cuando la explosión de un artefacto activado a distancia acabó con la vida del soldado Jorge Arnaldo Hernández, de origen peruano, cuando realizaba una patrulla por la provincia de Farah. El 21 de febrero de 2007 la explosión de una mina al paso de un convoy español mató a la soldado Idoia Rodríguez Buján cerca de Shindand, en la provincia de Herat.
Siete meses después, el 24 de septiembre, murieron los soldados Stanley Mera Vera, de origen ecuatoriano, y Germán Pérez Burgos, y otros seis resultaron heridos, tres de ellos graves, al explotar una bomba al paso del blindado BMR en el que viajaban cerca de Shewan, en el noroeste de Farah. En el ataque también murió un intérprete afgano.
El 9 de noviembre de 2008, un atentado suicida cerca de Herat causó la muerte al brigada Juan Andrés Suárez García y al cabo primero Rubén Alonso Ríos Otros cuatro militares resultaron heridos en el atentado, que se produjo al estallar una furgoneta bomba que embistió al último blindado del convoy en el que viajaban cerca de Herat.
Además de los siete muertos en ataques de los insurgentes, 79 han perdido la vida en accidentes de avión y uno en un siniestro de tráfico.
El 26 de mayo de 2003 murieron 62 militares cuando regresaban de Afganistán en un avión Yakovlev 42 ucranio, que se estrelló en Trebisonda (Turquía).
Otros 17 perdieron la vida el 16 de agosto de 2005 cerca de Herat (Afganistán) al estrellarse el helicóptero en el que viajaban.
El 26 de mayo de 2007 murió el sargento de Infantería Juan Antonio Abril Sánchez al volcar el vehículo militar en el que viajaba, en la provincia de Badghis.
A todas estas muertes en ataques y siniestros se suma la del capitán médico Jesús de la Pascua Belaustegui, que falleció de un infarto de miocardio en la base española en Herat el 24 de octubre de 2005.
El de este miércoles es el octavo ataque que sufren las tropas españolas en Afganistán en 2009 y el primero que causa una víctima mortal. En los ataques anteriores habían resultado heridos leves dos militares, un sargento del Ejército de Tierra en las proximidades del paso de Sabzak (2 de septiembre); y un cabo primero de la Armada, en las proximidades de Sangha Tesh, al norte de Qala i Naw (5 de septiembre).
El ataque más importante sufrido este año por las tropas españolas, hasta el de hoy, se produjo el pasado 3 de septiembre, cuando se vieron obligadas a repeler un ataque insurgente en Sabzak durante seis horas, en el que no hubo bajas españolas pero murieron 13 de los atacantes.
La de Afganistán es la misión que más vidas humanas ha costado a España, seguida de la de Bosnia-Herzegovina, con 23 muertos. En total, 148 militares de las Fuerzas Armadas españolas han perdido la vida en misiones en el exterior desde 1979, según datos del Ministerio de Defensa.
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