Las empresas: "Esto empieza a pasar de drama a tragedia"
El gasto en obra pública es el gran damnificado por los ajustes de los presupuestos regionales. Su recorte en 2012 viene a agravar la caída en la inversión que ya se produjo en 2011. Una circunstancia que han denunciado las principales empresas del sector. El presidente de la patronal de constructoras medianas Aerco, Javier Sáenz de Cosculluela -ministro de Obras Públicas con Felipe González (1985 y 1991)-, alerta sobre esta tónica. "Esto empieza a pasar de drama a tragedia", explica. El exministro aboga por poner en práctica medidas de estímulo a la inversión pública en lugar de centrarse únicamente en atajar el déficit. "Esta política presupuestaria exclusivamente contable estanca las políticas verdaderamente efectivas a la hora de la creación de empleo, como el gasto en obra pública". Sáenz de Cosculluela subraya que la inversión en infraestructuras revierte en las arcas públicas "en torno al 60% o 70% en recaudación de IVA, cotizaciones a la Seguridad Social...". Para salir de esta situación, el dirigente de la patronal cree necesario un "esfuerzo colectivo". La solución, sostiene, pasa por reincentivar la inversión. "La economía tiene más perfiles que el cumplimiento del déficit".
Excesiva construcción
Las comunidades no son las únicas que han decido rebajar su gasto en inversión pública. El Gobierno central ha recortado en 500 millones la partida del Ministerio de Fomento (el 10% de su dotación) para compensar desviaciones en el Presupuesto de 2011 y tratar de cumplir con el déficit del 6%.
Cuando los Ejecutivos regionales daban por descontado un volumen alto de ingresos, gracias al impuesto de Transmisiones Patrimoniales, se lanzaron a una carrera por modernizar sus infraestructuras. "Todas querían tener de todo, AVE en cada pueblo, aeropuerto en cada ciudad... y ahora hemos pasado al otro extremo", se lamenta Saénz de Cosculluela, que aboga por mantener la inversión pública a "niveles más moderados". "España necesita todavía de mucha inversión, hay que desarrollar la política hidráulica, continuar haciendo carreteras...".
Las pequeñas y medianas empresas son las que se están viendo más perjudicadas por el recorte de las políticas de infraestructuras. "No se puede sostener una plantilla si no hay actividad", sostiene Sáenz de Cosculluela. Ante la sequía inversora muchos empresarios han optado por salir al extranjero en busca de contratos. "Pero así no creamos puestos de trabajo en España".
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