_
_
_
_
Los actos del Doce de Octubre

El desfile de la crisis y las obras

Natalia Junquera

Como conducir a los Reyes, a los Príncipes, a 14 ministros y a una decena de presidentes autonómicos en coche hasta la plaza de Colón en un tiempo razonable habría sido imposible debido a las obras, la parada militar con motivo de la Fiesta Nacional se trasladó este año a la plaza de Lima, frente al estadio Santiago Bernabéu.

No fue la única novedad del desfile. Ayer se conmemoraban 20 años de participación de las Fuerzas Armadas españolas en misiones en el exterior, por lo que fueron invitadas a la parada militar las banderas de la ONU, la OTAN y la UE, organizaciones internacionales bajo las que han estado desplegadas las tropas en misión de paz, y en las que el Gobierno invirtió el año pasado 713,5 millones de euros.

Más información
Zapatero se resigna a ser abucheado durante el desfile militar: "Es un rito"

El desfile, ese alarde de medios militares, fue ayer más corto -se solaparon el terrestre y el aéreo, lo que estresó algo a los presentes, empezando por el Rey- y menos voluminoso que el de otros años. Porque las autoridades y el público compartían ayer no sólo los sinsabores de las obras, que obligaron a trasladar la parada militar de la emblemática plaza de Colón a la fachada del Bernabéu, sino también los recortes de la crisis.

En total, desfilaron 4.207 militares, de los que 355 lo hicieron desde el aire. Participaron 209 vehículos y 58 aeronaves. Y no hubo gradas para los familiares de los miembros del Ejército y de la Guardia Civil muertos en acto de servicio desde el 12 de octubre del año pasado.

Banderas recicladas

Por si quedara alguna duda, Manuel, dueño de un tradicional puesto de banderas y otros complementos patrióticos, lamentaba ayer su suerte frente al estadio del Real Madrid. "La crisis está en todas partes. También aquí". Y para demostrar que no era una frase hecha, le puso cifras: "Antes vendía entre 70 y 80 banderas -el precio iba de los 3 a los 8 euros-. Y esta mañana llevo 15".

No es que la asistencia a la Fiesta Nacional fuera menor que la de otros años. Estaban los habituales, los ex militares nostálgicos; por supuesto los parientes de los militares, y familias enteras aprovechando la oportunidad de hacerse una foto delante de un carro de combate. Pero se habían llevado las banderas de casa.

Concepción, de 71 años, fiel a los desfiles desde que se acuerda, se alegraba de haber reciclado la del año pasado. "Vengo siempre porque soy muy española y me encantan los legionarios. Son los más valientes, los que mandan a todos los follones", aseguraba.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_