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El comando Otazua grabó a un 'ertzaina' y tenía datos de una empresa vizcaína

Marlaska no precisa si las imágenes son posteriores al alto el fuego de ETA

Tenían imágenes de un potencial objetivo, aunque no se sabe si las tomaron antes o después del alto el fuego. Los miembros del comando Otazua de ETA, desarticulado el martes, habían recopilado datos de un ertzaina y lo habían grabado en vídeo. También guardaban informaciones concretas de una empresa de Ortuella, en las cercanías de Bilbao. El auto del juez Fernando Grande-Marlaska, que envió ayer a prisión a Iñigo Zapirain, Beatriz Etxeberria y Lorena López -al supuesto jefe de todos, Daniel Pastor, lo encarceló la víspera-, explica cómo, además de agentes de la policía vasca y empresarios, los presuntos etarras señalaron como objeto de futuros atentados a jueces, fiscales y cuarteles de la Guardia Civil.

La información sobre el ertzaina al que seguían y sobre la compañía vizcaína apareció entre el material informático incautado a los cuatro miembros del comando. Los archivos que contenía ese material estaban encriptados, según el Grande-Marlaska. Pero la Guardia Civil ha logrado conocer su contenido gracias al clonado y el tratamiento de los archivos.

Entre el material incautado también se encuentran pruebas que los vinculan directamente con los atentados que supuestamente cometió el grupo. Como una carpeta comprada en una papelería cercana al cuartel de la Guardia Civil de Burgos que presuntamente volaron el 29 de julio de 2009. También tenían un plano de esa ciudad en el que aparece señalado un punto situado a solo 300 metros de donde colocaron presuntamente la furgoneta bomba.

Carteles de atentados

Otro de los indicios contra los detenidos que recoge el juez en su auto es el material para fabricar carteles con los que anunciaban los atentados contra repetidores de televisión hallado en los registros. Las bridas de plástico con las que sujetaban esos letreros -encontradas en los domicilios de Zapirain y Etxeberria y en el de Pastor- son del mismo modelo que las que los agentes hallaron intactas en la bomba lapa colocada en el coche de un policía en el barrio de Zorroza de Bilbao el 16 de septiembre de 2008. El agente recorrió 10 kilómetros, pero el artefacto no estalló.

Los tres detenidos que quedaban por declarar pasaron ayer por el despacho del juez. El primero en hacerlo fue Iñigo Zapirain. El presunto etarra confirmó ante Marlaska su participación en 14 atentados, entre los que destacan el asesinato del inspector de policía Eduardo Puelles en Arrigorriaga (Vizcaya), el 19 de junio de 2009, y la colocación del coche bomba contra el Patronato Militar de Santoña (Cantabria) que mató al brigada Luis Conde de la Cruz en septiembre de 2008. Los detenidos también participaron supuestamente en la colocación de otra bomba lapa en los bajos del vehículo del escolta Gabriel Ginés, que resultó herido el 9 de octubre de 2007. El juez les imputa los delitos de integración en banda terrorista, tenencia de armas y explosivos y falsificación ya la instrucción de cada uno de los 14 atentados corresponde al juzgado de la Audiencia que en su día inició cada investigación.

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Marlaska justifica el encarcelamiento de Lorena López -que trabajaba como ordenanza en un centro municipal de Bilbao y a la que sus tres compañeros exculparon- porque en su casa se halló documentación sobre cómo elaborar explosivos.

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