El círculo íntimo de Zapatero
Tras siete meses de trabajo, el equipo de confianza del líder socialista se ha consolidado en torno a unas diez personas que el secretario general del PSOE consulta a diario
Un pastor de León le advirtió a José Luis Rodríguez Zapatero días antes de presentarse a la secretaría general de su partido:
-Lo que se aprende sin estudiar es lo que no se olvida.
Meses después, en la puerta de la sede del PSOE, Zapatero le comentaba a un periodista:
- La mejor forma de aprender es escuchar a la gente. Escuchar, escuchar, escuchar..., ésa es la clave. En ese sentido, soy una esponja.
En los siete meses que han transcurrido desde que se alzó con el liderazgo del PSOE, Zapatero ha escuchado a cientos de personajes fuera y dentro del partido. Hay 25 miembros de la ejecutiva y varios técnicos con grandes responsabilidades en el PSOE. Pero sólo una parte de ellos se ha consolidado en este periodo como su verdadero núcleo de confianza, aquellos que tienen acceso constante al líder y cuya opinión, a menudo, se reclama varias veces al día.
El primero de ellos, por proximidad física, es su jefe de gabinete, José Andrés Torres Mora, sociólogo y director del colegio mayor San Juan Evangelista, en Madrid. Torres Mora no aparece en la foto. Entre sus cometidos destaca ése precisamente: el de no aparecer en las fotos y al mismo tiempo ser el bastión ideológico de Zapatero. Redactar discursos, analizar encuestas, aconsejar lecturas... mucho más que un negro literario.
Sólo el despacho de la secretaria de Zapatero separa al líder del sociólogo. Torres Mora fue quien le regaló a Zapatero el tablero de ajedrez que reposa en la mesa de su despacho, el mismo tablero junto al que varios fotógrafos lo han retratado como metáfora de su estrategia de 'cada cosa a su tiempo', y el mismo tablero en el que todavía no ha disputado una sola partida.
Siguiendo con los técnicos, la gente de confianza que no se encuentra entre los 25 políticos que integran la ejecutiva del partido, se sitúa Julián Lacalle, su jefe de prensa. Cronista parlamentario de Diario 16, y después, de Europa Press, tertuliano de casi todas las emisoras de radio durante más de veinte años de trabajo periodístico. Lacalle solía almorzar frecuentemente en una mesa del Parlamento junto a Zapatero, cuando éste no era más que el diputado de León, que llevaba la 'cosa de los medios' en la Ejecutiva de Almunia. A él se debe ese tono de nuevos-hombres-sin-viejos-enemigos que Zapatero trata de transmitir en sus desayunos con los responsables de medios supuestamente adversos.
Ya al margen de los técnicos, entre los políticos sobresalen varios nombres y una pregunta: ¿quién es el número dos de Zapatero? Con Felipe González de presidente del Gobierno, incluso como jefe de la oposición, nadie dudaba un segundo en decir 'Alfonso Guerra'. Con Zapatero, la respuesta primera en todos los miembros de la ejecutiva consultados es:
-Hummmm...
Después:
-Yo creo que...
Y al final:
-... En el Parlamento, Jesús Caldera y... en el partido, el secretario de organización, José Blanco.
'Somos ante todo un equipo, no hay segundo', declara Caldera. 'El segundo es Caldera', sentencia Blanco.
Caldera ha sido, es y será el hombre de Zapatero con más intervenciones en los medios. 'Caldera tiene un problema de egocentrismo, le gusta jugar todos los balones', declaró esta semana el portavoz del PP, Luis de Grande. La respuesta de Caldera al oír eso fue: '¡Je, je, je...!'.
'El problema', señala un miembro destacado de la ejecutiva, es que de siempre el segundo hombre del PSOE ha sido el vicesecretario general. Y Zapatero decidió que no hubiese vicesecretaría general. Entonces te encuentras situaciones un tanto extrañas. La gente del partido, ante cualquier debate, siempre mira a Ferraz. Y nos encontramos que en temas como la Ley de Extranjería o el Plan Hidrológico la gente no sabía si mirar a Ferraz o a Caldera en el Congreso. Esto se hubiese solucionado nombrando a Caldera vicesecretario general'.
Precisamente, para que no haya problemas de coordinación dentro del partido, José Blanco ha inaugurado el pasado lunes una reunión que se celebrará a diario en su despacho a partir de las nueve y media de la mañana. Sobre esa misma mesa que aparece en la imagen de esta página, de izquierda a derecha, cada día se reúnen: Ángeles Puerta, técnica encargada de elaborar análisis y seguimiento de los medios; Julián Lacalle, jefe de prensa; Antonio Cuevas, diputado y miembro de la dirección del grupo parlamentario; Trinidad Jiménez, responsable de relaciones internacionales; José Blanco, y su jefe de gabinete, Óscar Sanz. En la foto falta Jesús Caldera, quien estaba siendo entrevistado esa mañana en un canal de televisión.
Todos ellos deciden a diario quién, cómo, cuándo y ante qué gente ha de soltar cierto mensaje, cierta idea. Blanco trata de restarle importancia a esa reunión y asegura que la verdaderamente importante, aparte de la que celebran los 25 miembros de la ejecutiva una vez cada quince días, es la reunión de los lunes, donde se debate la estrategia del partido. Los que asisten a esa reunión son Torres Mora, Lacalle, Blanco, Caldera, Jordi Sevilla (portavoz de asuntos económicos en el Congreso), Enrique Martínez (responsable de comunicación interna) y Álvaro Cuesta.
Cuesta es amigo de Zapatero desde hace más de diez años. Un supuesto error informático impidió que fuese diputado por Asturias en las últimas elecciones. No obstante, Zapatero espera que su amigo se incorpore al Congreso en breve, ya que un diputado socialista deberá abandonar su escaño para ingresar en el Tribunal de Cuentas.
A la reunión de los lunes se unirá mañana por primera vez una persona que hace ocho meses apenas conocía a Zapatero y ahora se ha convertido en su mano derecha: Trinidad Jiménez. Asesora del partido en temas internacionales desde hace varios años, íntima de Felipe González y experta en relaciones con Latinoamérica, Jiménez ha intentado seguir el consejo que González le brindó hace ocho meses:
-En política, si te descuidas te dejan fuera. Nadie te va a dar nada. Así que si crees que hay un hueco para ti, tómalo, no esperes.
El problema de la reunión de los lunes es que el líder no suele asistir a ella. La excusa oficial de Zapatero son los problemas de agenda, principalmente las clases de inglés que recibe cada mañana a las nueve y media de la mañana.
El resultado de lo que sus hombres debaten el lunes se lo transmite a Zapatero su jefe de gabinete, Torres Mora. O Jesús Caldera. O José Blanco. Pero al resto no le gusta que sus palabras vayan de un lado a otro en boca de terceros, según reconoce uno de los asistentes. El propio Caldera ha conminado a Zapatero a que acuda los lunes. Y éste le ha dicho que lo intentará a partir de ahora.
Fuentes socialistas en León aseguran que a Zapatero siempre le gustó que su núcleo de confianza no estuviera demasiado unido y que todo pasara por él. 'Eso puede funcionar muy bien en León, pero en la secretaría general del partido, lo que pasa es que al final todos los problemas le llegan a él y eso no es eficaz'.
Después del círculo íntimo que estaría formado por Torres Mora, Julián Lacalle, Trinidad Jiménez, Caldera y José Blanco, aparecen los políticos que tras siete meses de vida parlamentaria se están revelando como pesos pesados en el partido.
Claramente destacado se encuentra Jordi Sevilla, portavoz de economía en el Congreso, asesor de Joaquín Almunia y después de Josep Borrell en temas económicos. Al igual que José Blanco y Trinidad Jiménez, Sevilla apenas había tratado a Zapatero hasta el pasado 12 de marzo. Es la fuerza de los hechos lo que le ha ido dando a Sevilla más y más peso en el partido. Sevilla se ha encargado de presentar a Zapatero a los banqueros y a los empresarios.
Otro bastión importante en el entorno de Zapatero es Juan Fernando López Aguilar, portavoz de Justicia en el Congreso. Tiene fama en el partido de no arredrarse ante nada, de acudir a cualquier debate, para hablar con quien sea y de lo que sea. Una de sus últimas intervenciones, celebradas en el partido, fue el debate que mantuvo con Pedro J. Ramírez en el programa El desayuno de la mañana, de Isabel San Sebastián, acerca de si los miembros del Consejo General del Poder Judicial deberían ser elegidos por el Parlamento, como propugna el PSOE, o por asociaciones de jueces, como defiende el PP.
Cuando se formó la nueva ejecutiva, Alfonso Guerra, recién clausurado el congreso, dijo que estaba integrada por gente de 'perfil menor'. Leire Pajín, la más joven de la ejecutiva a sus 25 años, no se dio por aludida. Su voz ya no sólo se oye en temas relacionados con los movimientos sociales, su especialidad, sino que habla sin pelos en la lengua de la Ley de Extranjería o del pacto antiterrorista. 'Es una de las personas más críticas y valientes de la ejecutiva', señala un miembro de la misma.
Todos ellos forman lo que se podría llamar el equipo íntimo de Zapatero. Pero cada uno es consciente de que Trinidad Jiménez lleva mucha razón cuando dice: 'Aquí, el puesto te lo ganas cada día'.
Problemas de comunicación
Hace varios meses, desde la sede del PSOE, en Ferraz, se envió un mensaje por el servicio de Intranet a 60 ordenadores de toda España, pertenecientes a cargos nacionales y provinciales del partido. Sólo 12 de los 60 destinatarios abrieron el ordenador esa semana.
Los nuevos responsables del partido han encontrado graves problemas de comunicación interna. Después de un somero estudio, los nuevos dirigentes se dieron cuenta de que la revista oficial del partido, El Socialista, la que supuestamente transmite el ideario del PSOE, quedaba con un 40% de sus ejemplares, a los que los militantes ni siquiera le quitaban el plástico que la envolvía.
Ahora se ha suspendido la publicación y se prevé reanudarla al menos en Internet. Pero no todos los cargos terminan de habituarse a los avances digitales.
El propio secretario general del partido, José Blanco, encuentra problemas para transmitir sus mensajes por Internet. 'Pero desde hace poco, las reuniones de la ejecutiva sólo las convoco por correo electrónico. Claro, que antes he tenido que enviar cartas explicando la medida'.
'Cuando llegamos hace meses', explica un técnico del PSOE, 'estábamos perdidos; poco a poco vamos subsanando esos problemas'.
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