La captura del 'comando Elurra' deja a ETA sin dos expertos activistas
La vivienda de San Juan de Luz era utilizada como centro de acogida de huidos
Los agentes franceses y los miembros de la Guardia Civil llevaban varias semanas vigilando la villa donde residían el histórico etarra José Antonio Martínez Mur y su pareja, Asunción Bengoetxea Arano. Ambos de 58 años, sin causas pendientes y reconvertidos en un "representante de azulejos y una profesora de ikastola", según el testimonio de sus vecinos. El inmueble, situado cerca de la frontera española en una zona residencial en las afueras de San Juan de Luz, era "un centro de acogida para los etarras que huían de España", según fuentes de la lucha antiterrorista. La villa fue registrada durante todo el día de ayer por miembros de la policía científica e investigadores franceses. Los agentes se llevaron además una furgoneta granate con matrícula española.
Mikel San Sebastián y Joseba Iturbide serán entregados en breve a España
Las detenciones son fruto del grupo policial creado entre España y Francia
En esa vivienda se escondían Mikel San Sebastián Gaztelumendi y Joseba Iturbide Otxoteko, la media naranja que aún quedaba en libertad del comando Elurra, el grupo que dinamitó el alto el fuego de ETA con el bombazo en la T-4 de Barajas el 30 de diciembre de 2006, atentado en el que fallecieron dos inmigrantes ecuatorianos. Ambos huyeron de Lesaka (Navarra) el pasado 6 de enero, tras una operación de la Guardia Civil en la que fueron detenidos los otros dos integrantes del Elurra, Igor Portu y Mattin Sarasola.
Con la captura de San Sebastián e Iturbide, las policías francesa y española han puesto fin a una carrera en la banda que comenzó en 2001, cuando ambos fueron captados por José Antonio Aranibar. La operación ha evitado también la incorporación al aparato militar de ETA de "dos experimentados activistas", según fuentes policiales, que podían ponerse de nuevo a las órdenes del jefe de los comandos, Garikoitz Aspiazu, Txeroki.
Su captura es fruto del grupo de trabajo antiterrorista permanente creado entre España y Francia tras la cumbre celebrada en el Eliseo, en París, el 8 de diciembre pasado, entre el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, y su homólogo francés, Nicolas Sarkozy. Al calor de la persecución de los etarras que habían asesinado a dos guardias civiles en Capbreton (Francia) una semana antes. Ayer, sus ministros del Interior resaltaron la colaboración antiterrorista entre ambos países.
"Podemos decir que la colaboración con Francia atraviesa sus momentos más fértiles, es mejor que nunca, más útil que nunca, y muy de agradecer", dijo en Sevilla el número uno de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba. Por la tarde, y mientras continuaba en el piso el registro policial, Alliot Marie hacía en San Juan de Luz una valoración similar, poniendo en valor la "calidad de la cooperación entre ambos países en la lucha contra el terrorismo".
Rubalcaba precisó los tres objetivos logrados con estos arrestos: "Desarticular por completo el comando que atentó en la T-4, impedir que dos miembros de ese comando, huidos hace unas semanas de España, se incorporen al aparato militar en Francia y, por último, desarticular una parte del aparato de acogida que ETA tenía en este país para recoger a los huidos".
El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, que ya envió a prisión a Igor Portu y Mattin Sarasola el 11 de enero, había dictado ese mismo mes sendas euroórdenes contra los dos etarras capturados el viernes. En virtud de ellas, San Sebastián e Iturbide serán entregados en breve a España. La ministra Alliot-Marie no quiso precisar cuándo se producirá la entrega.
Los etarras no estaban armados y no se resistieron al ser detenidos en la vivienda donde se habían refugiado tras huir de Lesaka. Con ellos, Txeroki pierde al completo su diamante en bruto, el comando al que encargó un gran atentado terrorista en Madrid antes de las elecciones del 9-M.
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