El alcalde declara la guerra al turismo de borrachera
"Estamos indignados. Ya basta. Las cosas tienen que cambiar". Las declaraciones son del alcalde de Lloret de Mar (39.794 habitantes), Romà Codina (CIU), harto de soportar las consecuencias del turismo masivo de bajo coste que acude a esta localidad catalana. El último mes ha sido nefasto. Los 20 detenidos por enfrentamientos con la policía en la madrugada del miércoles se suman a los disturbios vividos la madrugada del lunes, que acabaron con un detenido, y al apuñalamiento mortal de un joven de 15 años en julio a manos, presuntamente, de un ciudadano francés.
"Los incidentes de la pasada noche marcan un punto de inflexión. No permitiremos que vuelva a pasar. No estamos contra el ocio nocturno, pero hay una parte del empresariado que explota un modelo no sostenible", sentenció ayer Codina. El alcalde quiere utilizar las ordenanzas municipales para poner orden: controlar que los locales no vendan alcohol a menores, prohibir la prostitución en la calle y obligar a las discotecas a cerrar antes. En la avenida Just Marlés, donde se concentran muchos de los locales nocturnos de Lloret, pueden juntarse 6.000 personas cada noche a la hora del cierre.
Huelga de discotecas
La patronal de ocio nocturno Fecasarm amenazó ayer con una huelga de las discotecas si el consistorio les obliga a cerrar antes (ahora lo hacen a las cinco de la madrugada entre la semana, y a las seis los fines de semana). Hay que "luchar en el origen", defendió su secretario general, Joaquim Boadas, en referencia a los touroperadores que venden Lloret como una ciudad "donde todo vale" y como un lugar idílico para el turismo de borrachera.
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, quitó hierro a los altercados. Son incidentes "puntuales y desagradables", dijo. Y pidió que la ciudad destaque "por todo aquello que han hecho bueno". De lo contrario, afirmó, "la imagen que queda es de un lugar donde hay problemas, y esto no es verdad". Mas alabó también el esfuerzo de la localidad para intentar atraer a "un turismo cada vez de más calidad", informa Eva Visa.
Después de los incidentes de la madrugada del lunes, el consistorio de Lloret pidió un refuerzo policial en la zona de ocio al departamento de Interior. La consejería ha mandado al municipio más antidisturbios (entre cinco y siete furgones cada noche). Por ahora, el hecho de que haya más mossos no ha calmado el ambiente.
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