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Reportaje:

Puñalada mortal en el metro de Madrid

Un vídeo muestra el ataque de un soldado 'ultra' a un 'antisistema' de 16 años

Pilar Álvarez

Se colocan alrededor de Josué al entrar en el vagón. Lleva una navaja abierta en la mano. La sacó cuando el tren entró en la estación. Ha visto algo. Carlos sube el último. Quedan a pocos centímetros uno del otro. Se miran. Y Carlos Javier Palomino, de 16 años, le coge con dos dedos la sudadera a Josué Estébanez de las Heras, un soldado del Ejército de Tierra de 23. Dice algo. La camiseta le delata: Three Stroke, una marca fetiche de los ultras. Josué alza la mano derecha. Visto y no visto. Le asesta una puñalada en el corazón. Siete centímetros en el ventrículo izquierdo. Le empuja fuera.

Es el 11 de noviembre de 2007. El reloj de la cámara de seguridad marca las 12.56.21. Un estudiante de Vallecas recibe una puñalada mortal de un activista ultra en un vagón de la línea 3 de metro detenido en la parada de Legazpi.

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Iban al mismo sitio. A Usera. El soldado, a una manifestación xenófoba de las Juventudes de Democracia Nacional autorizada por la Delegación del Gobierno en uno de los distritos de Madrid con más inmigrantes. Carlos, junto a sus colegas antisistema, pretendía reventarla.

EL PAÍS ha reconstruido con imágenes captadas por las cámaras de seguridad del suburbano, a las que ha tenido acceso, la película de este ataque con premeditación. Siete cámaras distintas (con minutajes independientes) registran la turbamulta de entradas y salidas del convoy tras el crimen, el saludo nazi de Josué, las escaramuzas entre los amigos de Carlos y el agresor y la huida de éste. También la evacuación del herido, rodeado de compañeros, que, a carreras, luchan entre su desánimo y los intentos por salvarle la vida. Carlos murió en la calle, en una carpa de los servicios de emergencia.

Han pasado dos años y medio. Josué está en la cárcel pendiente de juicio. El fiscal pide 29 años de condena para el militar. Considera que actuó "con la finalidad de acabar" con la vida de Palomino y le acusa de asesinato, para lo que reclama 17 años de cárcel. Y 12 por intento de homicidio a otro joven al que hirió.

Carlos Palomino se ha convertido en un símbolo. Lo recuerdan en cada contramanifestación convocada contra protestas ultraderechistas autorizadas (en Madrid ha habido al menos seis). En la última, hace mes y medio, los ultras marchaban custodiados y los antisistema atacaron a la policía. Hubo 25 detenidos, ninguno de ultraderecha.

La protesta posterior contra la entonces delegada del Gobierno, Soledad Mestre, acabó con los manifestantes irrumpiendo en la sede del PSOE en Vallecas.

Todo quedó grabado. El 11 de noviembre de 2007, Josué Estébanez, un ultra de 23 años, mató en el metro de Madrid a un joven antisistema de 16, Carlos Palomino. Ambos se dirigían a Usera, uno de los distritos con más población inmigrante. El primero, a una manifestación xenófoba de ultraderecha. El segundo, a reventarla. Se cruzaron en la estación de Legazpi. Palomino le recriminó la marca de la sudadera que llevaba, usada por los nazis. Estébanez, que llevaba una navaja abierta oculta tras la espalda y estaba esperando, le asestó una puñalada directa en el corazón. Ésta es la secuencia captada por una de las cámaras del metro.Vídeo: PILAR ÁLVAREZ/ ÁLVARO DE LA RÚA
Siete cámaras de seguridad del metro de Madrid captaron lo que ocurrió justo antes y después de la muerte de Carlos Palomino en el metro. El saludo nazi del atacante, Josué Estébanez. El tumulto de amigos de Carlos intentando atraparle después. Dos resultaron heridos y uno de ellos sale del suburbano apoyado en otro amigo: tiene una puñalada en el costado. Josué escapó del vagón aprovechando la confusión y el polvo provocado por un extintor que arrojó uno de los compañeros de Carlos, evacuado en una camilla por uno de los vestíbulos. Estébanez salió por el otro, perseguido por los colegas del joven de Vallecas, un barrio popular de Madrid. Con la navaja aún en la mano.Vídeo: PILAR ÁLVAREZ/ ÁLVARO DE LA RÚA

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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