El PP rescata la lucha antiterrorista y lanza una ofensiva contra Rubalcaba

El PP ha recuperado el discurso de la anterior legislatura. Después de tres años de aparcar el terrorismo de la lucha partidaria, se lanzó ayer en tromba a utilizar la batalla contra ETA como argumento preferente de oposición.

La cúpula del PP ha aparcado el pacto antiterrorista y ha encontrado en el llamado caso Faisán un apoyo para coger impulso político contra el Gobierno y, especialmente, para intentar desgastar a quien se adivina como posible candidato del PSOE en las elecciones generales de 2012, Alfredo Pérez Rubalcaba. Él es el objetivo del PP, dando por amortizado ya a Zapatero, en esta semana teóricamente clave en la sucesión, con la idea de que no volverá a ser candidato y buscando la forma de acabar con los dos de una sola tirada.

El vicepresidente dice estar orgulloso de lo que se hizo en el proceso de paz

Tres años después de hacer de la economía casi el único argumento de oposición, toda la cúpula del PP arremetió ayer contra José Luis Rodríguez Zapatero y su vicepresidente y ministro del Interior por las negociaciones con ETA de la anterior legislatura, que han retornado a la agenda política por el supuesto chivatazo a ETA. Como entonces, otros partidos como CiU y PNV dieron un paso a un lado para evitar la confrontación sobre terrorismo y apoyar expresamente al Gobierno en este asunto en la Comisión de Interior del Congreso. "Hablar de este asunto, que está judicializado, es una presión indirecta a los jueces", aseguró Emilio Olabarría (PNV). "Las fisuras entre los partidos es lo que puede alegrar a ETA", añadió Mercé Pigem (CiU). Solo Rosa Díez (UPyD) coincidió con el PP al instar a Rubalcaba a "defender el honor del Estado".

El PP mantiene el pacto antiterrorista con el Gobierno, conserva una relación privilegiada con Rubalcaba para obtener información sobre la lucha contra ETA y acaba de pactar con el PSOE reformas legales para impedir que la banda concurra a las elecciones del 22 de mayo, pero sus dirigentes han recuperado de repente el discurso agrio de la otra legislatura. Lo hicieron ayer con declaraciones en cada acto del partido y comparecencias de los candidatos del 22-M y como ofensiva parlamentaria contra Rubalcaba.

Encabezados por Mariano Rajoy, que volvió a arremeter contra Zapatero por haber negociado con ETA. Secundados por Esperanza Aguirre y Esteban González Pons y apoyados en su ofensiva por una petición de comparecencia ante el Pleno del Congreso de Rubalcaba para que explique las actas de las conversaciones con ETA. "Rubalcaba está en una situación "muy, muy complicada", aseguró Soraya Saénz de Santamaría. También estuvieron volcados para forzar un debate sobre ETA durante la comparecencia de Rubalcaba de la Comisión de Interior para hablar de la criminalidad. El diputado Ignacio Cosidó, próximo a Jaime Mayor Oreja, pidió su dimisión y le acusó de vulnerar el Estado de Derecho.

Aunque su comparecencia era para otro asunto, Rubalcaba aseguró que nunca debatiría sobre actas de ETA y explicó que está "orgulloso" de aquel proceso de paz. "Todos los movimientos en la tregua fueron reversibles y la policía se mantuvo vigilante", respondió. Y agregó: "ETA perdió la tregua del 99 y la de 2006 política y policialmente". El vicepresidente explicó que su obsesión era "evitar que la banda se rearmara como hizo tras la tregua del 98 cuando aprovechó para introducir cinco comandos en España, es decir, que usó la tregua para armarse y mataron a 42 personas. Porque hicimos bien las cosas durante la tregua, estamos como estamos. Porque no nos fiamos".

El portavoz del PSOE, Antonio Hernando, lamentó que el PP vuelva a utilizar el terrorismo. El diputado socialista, de forma teatral, rompió en la sesión de ayer las actas de las conversaciones del Gobierno de Aznar con ETA, que nunca fueron confirmadas o desmentidas por este.