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Reportaje:

Madrid apaga las luces de neón

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento aprueba una ordenanza que regula la Publicidad Exterior

Las luces de neón de los carteles publicitarios de comercios, restaurantes, farmacias, cines, teatros y otros establecimientos desaparecerán en un año del centro de Madrid, según establece el proyecto de Ordenanza reguladora de la Publicidad Exterior aprobado hoy por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento. La normativa, que incluye multas de hasta 3.000 euros, pretende acabar con la sobresaturación y con la heterogeneidad del espacio publicitario urbano, así como reducir la contaminación lumínica. No obstante, se salvarán de la quema algunos carteles, como el de Tío Pepe de la Puerta del Sol y el de Schweppes de la Plaza del Callao, al considerar el consistorio que son "elementos singulares".

De los 200.000 carteles luminosos que hay en la ciudad, se retirarán unos 120.000 dentro de un año

La nueva normativa, que sustituirá a la actual Ordenanza de Protección del Paisaje Urbano, de 2001, establece un plazo de adaptación de 12 meses para la retirada de estos luminosos a partir de su aprobación y entrada en vigor, prevista para septiembre u octubre, según explicaron en rueda de prensa el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y la concejala de Medio Ambiente, Paz González. El alcalde ha indicado que esta nueva ordenanza pretende acabar con la sobresaturación y la excesiva heterogeneidad del espacio publicitario urbano de la capital y evitar que Madrid se convierta en "un escaparate descontrolado, caótico y desordenado que afea el paisaje urbano".

Mejorar el aspecto de la ciudad

Gallardón se ha mostrado seguro de que la nueva norma será bien recibida por los vecinos, porque reducirá las molestias por la contaminación lumínica y contribuirá a mejorar el aspecto de la ciudad. Además, ha dicho que se ha elaborado trabajando y manteniendo reuniones con los comerciantes, con el fin de conciliar los intereses comerciales y la nueva estética urbana de la ciudad. La principal novedad de la ordenanza es la creación de una Zona de Especial Protección para el casco histórico de la ciudad, que comprende las áreas, calles y edificios de interés histórico-artístico, donde se reducirá y limitará de manera importante la publicidad exterior.

Otras novedades son la regulación de nuevas expresiones publicitarias hasta ahora no autorizables, la regulación de las condiciones de iluminación de los soportes publicitarios, la introducción de medidas para reducir la densidad publicitaria, la reducción de los plazos de vigencia de las lonas publicitarias en los edificios y la reordenación y definición de un régimen disciplinario y sancionador para las infracciones que se cometan en esta materia. En la Zona de Especial Protección, además de reducirse el tamaño de los elementos publicitarios colocados en edificios, quedarán prohibidos si utilizan elementos luminosos, como tubos de neón. González ha explicado que, en principio, no habrá ninguna excepción, por lo que la medida también afectará a los luminosos de farmacias, cines y teatros, entre otros establecimientos.

Según la concejala, que ha constatado "un abuso y uso excesivo de estos luminosos cuando de día no es necesario", se permitirá la iluminación exterior de carteles, pero no a través de tubos de neón del cartel. No obstante, algunos, como el de Tío Pepe de la Puerta del Sol o el de Schweppes de la Plaza del Callao, serán indultados. "Son decisiones singulares ante elementos que también lo son", ha dicho González al respecto. Paz González ha explicado que de los 200.000 carteles luminosos que hay en la ciudad, unos 120.000 están en la Zona de Especial Protección, y ha señalado que todos ellos podrán ser retirados en un plazo de 15 días desde la entrada en vigor de la nueva norma si no cumplen la ordenanza.

Fuera de esta Zona de Especial Protección, sí podrá haber luminosos de neón, pero tanto estos como los demás carteles publicitarios luminosos sólo podrán encenderse por la noche, cuando no haya luz solar suficiente, según explicó el alcalde. Además, se limitará la intensidad lumínica de dichos soportes. La normativa tratará también de limpiar toda la ciudad de carteles publicitarios y pegatinas, fijados sobre edificios, monumentos, mobiliario urbano y farolas, incluidos los carteles de los partidos políticos en campaña electoral, según Gallardón, que quiere también acabar con los trípodes que ponen los restaurantes para anunciar sus menús.

Las multas

La ordenanza establece de forma expresa las expresiones publicitarias no autorizables, entre las que se incluye toda aquella publicidad que atente contra la dignidad de las personas o vaya en contra de la ley de prevención de drogodependencias; y fija que cualquier actividad publicitaria visible desde la vía pública, aunque no esté contemplada expresamente en la norma, podrá realizarse si antes ha sido autorizada por el órgano competente. La norma prohíbe también la utilización de vehículos, en circulación o estacionados, que lleven publicidad, salvo que hayan sido autorizados con anterioridad, como es el caso de los autobuses de la EMT o los vehículos de una empresa.

Aumenta también las distancias mínimas de los anuncios luminosos en coronación de edificios a las ventanas de las viviendas y reduce su tamaño de los 90 metros cuadrados actuales a 70 metros cuadrados. También se reduce un tercio la superficie publicitaria autorizable en carteleras ubicadas en vías de circulación rápida (M-40, accesos a carreteras nacionales, etc.). En cuanto a las lonas publicitarias en los edificios en obras, que tienen ahora una vigencia de seis meses con una posible prórroga de otros seis, sólo podrán permanecer un máximo de seis meses. La ordenanza establece un régimen disciplinario que tipifica las infracciones como "leves", con multas de hasta 750 euros; "graves", con sanciones cuya cuantía va de 751 a 1.500 euros, y "muy graves", de 1.501 a 3.000 euros.

La Puerta del Sol, con el cartel de Tío Pepe al fondo, en una Nochevieja.
La Puerta del Sol, con el cartel de Tío Pepe al fondo, en una Nochevieja.EFE

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