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El Gobierno confirma que uno de los rehenes españoles está herido

Albert Vilalta recibió tres tiros en una pierna al intentar escapar de sus captores

El Ministerio de Asuntos Exteriores confirmó anoche que Albert Vilalta, uno de los tres cooperantes españoles secuestrados por Al Qaeda hace un mes en Mauritania, está herido. "El Gobierno tuvo conocimiento oportunamente del estado de salud del señor Vilalta. Actualmente está siendo atendido de sus heridas", reza la nota. El ministerio no da más detalles, pero la información que maneja el Ejecutivo apunta a que el cooperante recibió tres disparos en la pierna izquierda -uno en el tobillo y dos en el muslo, uno de los cuales le afectó al fémur- al intentar escapar en el momento del secuestro, según fuentes gubernamentales.

El Ejecutivo -que hasta ahora no ha recibido ninguna reclamación económica por parte de los secuestradores- ha hecho llegar medicinas a los tres rehenes a través de los canales abiertos con jefes tribales del norte de Malí. Éstos actúan como intermediarios con el grupo que tiene en su poder a Roque Pascual Salazar, Alicia Gámez Guerrero y Albert Vilalta Cambra.

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Las gestiones son complicadas porque la zona de Malí en la que supuestamente están retenidos es desértica y mal comunicada, pero fuentes del Gobierno aseguran que los primeros medicamentos -principalmente, antibióticos- ya han llegado a su destino.

No es la primera vez que algo así sucede. Una rehén alemana, Marianne Petzold, que estuvo en poder de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) entre enero y abril de este año, ha relatado a EL PAÍS que tanto ella como otro compañero de cautiverio recibieron medicamentos procedentes de Argelia y que, semanas después de que se rompiera un brazo, se le facilitó un yeso de origen alemán.

El comunicado de Exteriores llegó al filo de la medianoche. A lo largo del día se habían sucedido las especulaciones después de que fuentes diplomáticas en Bamako, la capital maliense, contaran a la agencia France Press que "uno de los seis rehenes [junto a los tres españoles hay dos italianos y un francés], de nacionalidad española, no se encuentra bien". El ministerio que dirige Miguel Ángel Moratinos confirma en su nota esa información y, tras señalar que Vilalta, de 45 años, fue herido "en el momento del secuestro", añade: "La familia del señor Vilalta y las familias de las otras dos personas secuestradas han sido informadas puntualmente por el Gobierno de esta situación".

Responsables gubernamentales subrayaron ayer que los secuestradores tienen especial interés en cuidar de la salud de sus víctimas, ya que éstas constituyen la moneda de cambio para conseguir un eventual rescate. El hecho de que AQMI anunciara, en el comunicado en el que reivindicó el secuestro de los tres catalanes el 9 de diciembre, que todos "gozan de buena salud y están tratados de conformidad con la sharía [ley islámica]" constituye un elemento tranquilizador, ya que el Corán ordena cuidar de heridos y enfermos. "Otra cosa", agregan las fuentes consultadas, "es que las condiciones sanitarias y de salubridad del lugar donde se encuentran no sean las más adecuadas".

En el punto donde los tres cooperantes fueron capturados el pasado 29 de noviembre, a 170 kilómetros de Nuakchot, se encontraron varios casquillos de bala, pero no rastros de sangre, según contó entonces el embajador español en Mauritania, Alonso Dezcallar.

Los secuestradores no han difundido ninguna fotografía de los rehenes españoles, al contrario de lo que han hecho con los dos italianos -Sergio Cicala y Filomene Kabouree- que fueron capturados el 18 de diciembre, también en Mauritania, y cuya imagen -con el rostro de ella difuminado- emitió el pasado lunes la cadena de televisión Al Arabiya, con sede en Dubai.

El ministro Miguel Ángel Moratinos, en una entrevista concedida a EL PAÍS el pasado sábado, eludió contestar a una pregunta sobre el estado de salud de los cooperantes y se limitó a señalar que el compromiso del Gobierno es que "vuelvan cuanto antes, sanos y salvos". El comunicado de anoche insiste en eso: "El Gobierno continúa realizando las gestiones diplomáticas oportunas para lograr la pronta liberación de los cooperantes españoles secuestrados".

El Ejecutivo ha enviado a Malí a un equipo de agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para negociar la puesta en libertad de los tres cooperantes. Según han confirmado varias fuentes, este equipo ya ha contactado, por vías indirectas, con los secuestradores.

El presidente maliense, Amadou Toumani Touré, ha puesto a disposición de los agentes del CNI a uno de sus mejores expertos: Iyad Ag Ghali, jefe de la revuelta tuareg de 1990 contra las autoridades de Bamako. Aunque Ag Ghali trabaja ahora a sueldo del Gobierno maliense -es el cónsul en Yedá-, mantiene buenas relaciones con los jefes tribales del norte de Malí y ha actuado como intermediario en varios secuestros.

España ha ofrecido sus embajadas en Nuakchot y Bamako como base de operaciones para Italia, que carece de sede diplomática en dichos países. "Italia trabaja en estrecha colaboración con España y Francia", dijo ayer el ministro italiano de Exteriores, Franco Frattini. "Todos los canales posibles han sido activados".

Albert Vilalta, de 45 años, uno de los tres españoles secuestrados en Mauritania.
Albert Vilalta, de 45 años, uno de los tres españoles secuestrados en Mauritania.EFE

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