Una docena de ahogados al naufragar una barca frente a las costas del Sáhara
A pesar de la alarma suscitada por la masiva afluencia de pateras con inmigrantes a las costas de Canarias, sólo un 20% de las personas que llegan ilegalmente a las islas utiliza ese medio, según explicó ayer el comisario jefe de la Brigada de Extranjería y Documentación de la Jefatura Superior de Policía de Canarias, Jesús Custodio Gómez. Cuatro pateras, con un total de 57 personas a bordo, fueron interceptadas en Fuerteventura y Lanzarote en las últimas 48 horas.
Una docena de africanos subsaharianos pereció el martes al naufragar una patera que intentaba alcanzar la isla de Fuerteventura desde las costas del Sáhara Occidental. Cuatro supervivientes alcanzaron a nado una playa cercana a El Aaiún, capital de la ex colonia española, donde fueron interceptados por la Gendarmería Real marroquí.Segun el testimonio de los náufragos, en la embarcación viajaban 16 africanos procedentes de Nigeria, Senegal, Mali y Gambia, indicaron fuentes de la Gendarmería a la agencia francesa AFP. En febrero pasado, otros 17 africanos perdieron la vida frente a las costas del Sáhara en idénticas condiciones.
En septiembre de 1999, tras denunciar EL PAÍS la existencia de lugares de concentración de las pateras cercanos a El Aaiún y hoteles en la propia ciudad que servían de albergue a los candidatos a la emigración ilegal, las autoridades marroquíes dieron orden de aumentar la vigilancia y el control. Desde entonces han sido detenidos decenas de subsaharianos que se proponían utilizar la via canaria para emigrar hacia Europa.
La impermeabilización de las fronteras de Ceuta y Melilla ha obligado a las redes de traficantes a desviar los circuitos de emigración clandestina hacia el sur. Los africanos que embarcan en las costas saharianas entre El Aaiún y Tarfaya para intentar llegar hasta Canarias proceden del norte de Marruecos. En Tánger, Rabat, Taza, Fez y Casablanca, la policía tiene controlados los centros de tránsito clandestinos en los que se albergan los africanos que llegan desde Argelia, en espera de que los traficantes les conduzcan a los lugares de paso.
Varios centenares de subsaharianos aguardan actualmente en Marruecos, según los expertos, la oportunidad de cruzar a Europa, a través de Canarias o el Estrecho. Las autoridades marroquíes no saben cómo atajar el problema, y algunos responsables locales cierran los ojos y dejan a los africanos llegar hasta El Aaiún, superando sucesivos controles policiales.
Sólo el 20% de los inmigrantes ilegales llega a Canarias en patera
El responsable policial explicó que en lo que va de año se tiene constancia de la llegada al archipiélago de 1.023 inmigrantes en pateras, en su mayoría subsaharianos o magrebíes, mientras que scienden a casi 2.000 los sudamericanos, asiáticos y europeos del Este que entraron regularmente a través de puertos y aeropuertos y pasaron a una situación de ilegalidad al no renovar el permiso de estancia.Custodio destacó la dificultad del control de la inmigración en un territorio como Canarias, tanto por la extensión del perímetro de sus costas como por el carácter masivo del turismo -diez millones de visitantes al año- y la intensidad del tráfico portuario. De los 1.023 inmigrantes llegados en pateras, 450 no han podido ser repatriados y permanecen en el archipiélago.
Respecto a los que ingresaron como turistas y han superado el tiempo de estancia legal, el responsable de la Brigada de Extranjería citó a 600 colombianos y entre 700 y 1.000 cubanos.
En las últimas 48 horas al menos cuatro pateras con 57 personas a bordo fueron interceptadas a su llegada a Fuerteventura. Una embarcación con 13 subsaharianos, cinco hombres y ocho mujeres, la mayoría de Nigeria, alcanzó la costa de Pozo Negro, en el municipio de Antigua, hacia las 19 horas del miércoles.
Otra patera con 14 subsaharianos, originarios de Sierra Leona y Nigeria, cuatro de ellos mujeres, fue sorprendida por una patrullera de la Guardia Civil del Mar hora y cuarto después, cuando se acercaba al municipio de Tuineje, al sur de la isla.Más tarde, hacia la 1.50 horas de ayer, dos hombres y siete mujeres fueron detenidos en la playa de Butihondo, en el municipio de Pájara, nada más desembarcar.
La última patera fue interceptada en la costa norte de Lanzarote con 14 inmigrantes nigerianos -13 hombres y una mujer- a bordo. La embarcación tocó tierra sobre las 17.30 de ayer en el paraje Las Escamas, en el municipio de Haría. Los inmigrantes fueron detenidos y trasladados al cuartel de la Guardia Civil en Costa Teguise.
Los patrones de las embarcaciones, nueve en total y todos marroquíes, fueron detenidos. La presencia de más de un patrón en cada patera significa, en opinión de las autoridades, que junto a los veteranos viajan aprendices para memorizar las rutas y los puntos de desembarque, lo que hace temer que el tráfico ilegal de personas, lejos de remitir, tenderá a crecer.
Entre los inmigrantes detenidos ayer se encontraba una embarazada de siete meses y con graves síntomas de hipotermia. Se trata de la tercera mujer en avanzado estado de gestación detenida cuando intentaba entrar clandestinamente en el archipiélago de las últimas semanas. Una de ellas, hacinada junto a otros 286 inmigrantes en la antigua terminal del aeropuerto de Fuerteventura, fue ingresada de urgencias la semana pasada para dar a luz.
Ante este panorama, la Delegación del Gobierno en Canarias prepara la apertura, el próximo día 15, de un nuevo centro de acogida con capacidad para 200 personas. Será gestionado por Cruz Roja y estará ubicado en la zona de Miller Bajo, en la capital grancanaria.
El consejero canario de Empleo y Asuntos Sociales, Marcial Morales, declaró a Onda Cero que lo que "antes era un flujo estacional" de inmigrantes, desde principios de verano a finales de otoño, "se está convirtiendo en una riada permanente".
Por otra parte, el cádaver de un joven marroquí, presumiblemente un inmigrante que intentaba entrar a nado en la ciudad, fue hallado ayer en una playa de Ceuta. El miércoles por la noche se localizó el cuerpo de otro ahogado en aguas próximas a Melilla.
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