700 piratas quedan libres en seis meses por falta de cárceles y medios
Kenia y Seychelles no pueden asumir el proceso de más de 1.000 detenidos este año - La ONU advierte que pronto habrá más presos que celdas
El número de piratas detenidos se ha multiplicado por cinco en los siete primeros meses de este año. Pero tan pronto como son detenidos, son puestos en libertad. En el primer semestre de 2010, 700 sospechosos fueron liberados y "sin duda, una parte considerable de ellos debería haber sido enjuiciada", se quejaba hace unos días, en una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el representante francés.
Un informe del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, alerta de que a finales de 2011, al ritmo al que están aumentando las detenciones por el despliegue militar en el Índico, harían falta 2.000 plazas en las cárceles. Hay más piratas que celdas, más detenidos que jueces para condenarlos. El 60% de los detenidos no han sido juzgados.
A Chacón, que no oculta su enfado, no le gusta cómo se aborda el problema
En los últimos siete meses 30 barcos han sido capturados
La inversión que realizan los Estados, España entre ellos, para enviar buques de guerra, patrulleros, aviones de vigilancia y cientos de efectivos a la zona carece de sentido si los piratas que capturan terminan de nuevo en el Océano Índico.
Es como si, literalmente, tiraran todo ese dinero al mar. La ministra de Defensa, Carme Chacón, no oculta su enfado y recientemente admitió que no está "satisfecha" con el modo en que se está abordando el problema jurídicamente. El modelo no funciona. Los gobiernos de Seychelles, el país más pequeño de África, y Kenia, los únicos con los que se han firmado acuerdos para enjuiciar a los piratas, no dan abasto con todos los capturados que les llevan los medios navales de los miembros de la Operación Atalanta y sus aliados.
El Consejo de Seguridad de la ONU reunió el pasado 25 de agosto a representantes de 30 países para debatir siete opciones distintas propuestas por Ban Ki-moon para acabar con la impunidad de los piratas. La reunión arrancó a las 10.38 y concluyó a las 2.22 de la madrugada. Urge una solución porque en septiembre terminan los monzones y empieza el buen tiempo para las lanchas rápidas de los piratas.
El número de ataques que terminan en secuestro ha disminuido, pero aun así, en los últimos siete meses 30 barcos han sido capturados. Los piratas tienen en este momento a 450 marineros retenidos a la espera del pago de un rescate.
Naciones Unidas ha recomendado a todos los países que incorporen a sus códigos penales el delito de piratería. España lo hizo en abril.
Una de las opciones planteadas es que cada Estado juzgue y encarcele en su territorio a los detenidos. No provocó gran entusiasmo. La convención de la ONU sobre el Derecho del Mar y el Derecho Internacional consuetudinario prevén una jurisdicción universal sobre los actos de piratería.
"Todo Estado puede incautarse de un buque pirata o bajo control pirata, detener a sospechosos y enjuiciarlos", explicó la asesora jurídica del Consejo de Seguridad, Patricia O'Brien. Pero, aunque Ban Ki-moon se mostrara "alentado" por los juicios o condenas a casi 600 piratas en 11 Estados miembros durante el pasado año, y pese a que Brasil elogió los esfuerzos de Holanda, EE UU, Francia, Alemania y España -los dos capturados por el secuestro del Alakrana siguen en una cárcel madrileña- para enjuiciarles en sus propios tribunales, la mayoría de países prefiere que los piratas llenen cárceles extranjeras.
"Lo ideal", según manifestaron casi todos los asistentes al Consejo, sería que fuera Somalia quien juzgase y encarcelase a sus compatriotas, pero la mayoría concluyó en que ese era un objetivo "a largo plazo", puesto que el Gobierno de transición somalí ni siquiera controla gran parte de su territorio. A corto plazo, durante el monzón que acaba de terminar, todas las esperanzas están puestas en las negociaciones para que Tanzania, Islas Mauricio, Sudáfrica, Uganda y Mozambique se animen a hacer lo mismo que Seychelles y Kenia.
El representante de este último país, para el que el problema de la piratería es "un monstruo con muchas cabezas", señaló que "las disposiciones vigentes en virtud de las cuales los piratas han sido detenidos y enjuiciado en Kenia suponen una pesada carga, y es evidente que a la larga no podrán seguir aplicándose".
Por eso pidió un enfoque integral y una política firme y deliberada contra el pago de rescates. El representante de Seychelles informó de que el pasado 26 de julio se dictó en su país la primera condena por piratería: 10 años de cárcel para ocho detenidos. Otras 29 personas están a la espera de juicio. En lo que va de año han sido arrestados 1.000 piratas.
Varios países alertaron durante la reunión de que los buques de guerra con frecuencia tienen que liberar a los capturados porque ningún Estado quiere aceptarlos. "Es inconcebible", se indignó el representante de Noruega.
Ban Ki-moon insiste en la necesidad de encontrar "un Estado anfitrión y establecer acuerdos para trasladar a un gran número de condenados a terceros países para su encarcelamiento". Para buscarlo, entre otras cosas, ha decidido crear un asesor especial sobre las cuestiones jurídicas relacionadas con la piratería.
Es decir, hace falta un país que se encargue de la última parte, de meter a los piratas en una cárcel, a ser posible cerca de su zona de actuación, para disuadir a los jóvenes somalíes de la todavía muy rentable opción de salir a secuestrar barcos de todas las nacionalidades.
Porque de todas las opciones planteadas por el secretario general de la Naciones Unidas, la que menos entusiasmo generó en la reunión del Consejo de Seguridad fue la de crear un tribunal internacional especial contra la piratería, por ser muy costoso para los Estados miembros. Solo el presidente del Consejo, el representante ruso, opinó que los costes, "estimados entre 50 y 60 millones de dólares, son considerablemente menores que las actuales pérdidas que resultan de la piratería: 15.000 millones de dólares anuales".
Finalmente, varios países advirtieron de la necesidad de ampliar la persecución de los piratas. "Es poco probable que los que proporcionan los fondos, el equipo de tecnología avanzada y las armas pesadas que usan y que, a su vez, reciben la mayor parte del dinero de los rescates que se paga actualmente a los piratas somalíes sean encontrados y detenidos en el mar", advirtió la representante de Brasil. "Hemos hecho esfuerzos pero hay que hacer mucho más", concluye Ban Ki-moon.
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