Amper, a la espera de un 'caballero blanco'
Su recuperación y su bajo precio en Bolsa la hacen vulnerable a una OPA, reconocen en el grupo
Amper, que hace cuatro años pasó una fuerte crisis que la llevó a pérdidas, empieza a ponerse lo bastante guapa como para haberse convertido estas últimas semanas en objeto de deseo. Con un free float (capital flotante) superior al 90%, la ausencia de un accionista de referencia (Telefónica tiene un 6,1%), unos resultados en ascenso y un precio objetivamente bajo, la posibilidad de una OPA no deseada preocupa a sus directivos.
"No tanto la eventualidad de la OPA", dice Juan Carlos Carmona, director general de Desarrollo Corporativo, "como el hecho de que, al ser la suma de las partes de Amper superior al conjunto, pueda aparecer alguien, menos interesado en el proyecto que en la posterior venta del grupo por partes".
El interés de los inversores por Amper empezó a manifestarse en 2003 y 2004, años en los que el título subió en conjunto un 96,8%, y se ha acentuado en los últimos meses. Entre enero y el 27 de julio Amper trepó desde los 4,06 a los 6,60 euros, una escalada del 62,5%. Un interés que tiene su lógica. Tras la crisis de las telecos y el estallido de la burbuja tecnológica que, desde las alturas estratosféricas del 97, lanzó a Amper a los infiernos, la nueva dirección del grupo, presidido por Enrique Used, puso en marcha un plan que alteró drásticamente su configuración y que ha logrado volver a poner a Amper en el mapa.
"Mientras que hace cuatro años", dice Carmona, "Amper trabajaba en sus dos terceras partes para Telefónica, en un mercado de márgenes reducidos y con mucha competencia, ahora más del 50% de su facturación viene de los equipos para Defensa y Seguridad (como el SIVE, vigilancia del Estrecho), y el 25% de la integración de sistemas, sectores todos ellos muy críticos, que no pueden fallar y en los que facilitamos productos y servicios de última tecnología".
Un grupo diferente
El plan de reconversión dio paso a una Amper mucho más pequeña, con 686 trabajadores, frente a los 1.586 que tenía en 2000. Se vendieron las unidades de instalaciones, red fija y planta externa, CTC (radio) e Ibersegur (parquímetros). Estas decisiones, junto con el saneamiento financiero y la compra de la brasileña Medidata en 2001 (una de las mejores empresas del mundo en integración de sistemas), empiezan a dar los primeros frutos. La facturación, que bajó de 323 millones de euros en 2001 a 184 millones en 2004, empieza justo ahora a subir. "Este semestre", dice Carmona, "hemos elevado las ventas en un 12% y la cartera de pedidos en un 34%". También los beneficios, que hasta 2004 se mantenían en cifras ínfimas, despuntan ahora con vigor, un 600% entre enero y junio.
De ahí, que el mercado, hasta ahora expectante, ha pasado a considerar a Amper como una opción de futuro interesante. Lo que ha desatado rumores de OPA. Preguntado en la última junta de accionistas, el presidente Used aclaró que su consejo aceptaría una OPA, pero "a un precio adecuado". Ese precio, según parece, se situaría sobre un mínimo de 10 euros. Huelga, sin embargo, apuntar que en Amper prefieren que la OPA no llegue a producirse.
"Estamos exportando ya el SIVE y otros sistemas de control", dice Carmona, ""y estamos en negociaciones con cuatro empresas diferentes, con el fin de llegar a incluir alguna de ellas en Amper".
Aunque prefieren no dar detalles, se entiende que Amper está bastante interesada en buscar algún tipo de caballero blanco, preferiblemente financiero, que sin darles el abrazo del oso les protegiera contra una compra no deseada, que pusiera fin al proyecto que han desarrollado estos años.
De todos modos, al que lo intente (la OPA hostil) puede no resultarle la operación fácil. El hecho de que Amper suministre telecomunicaciones a Defensa será posiblemente utilizado como un argumento de peso para frenar acometidas "no solventes", incluso de algún socio europeo.
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