Uribe entierra el referéndum para repetir los comicios

El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, desistió de la idea de convocar un referéndum para que el pueblo decida si se repiten las elecciones de 2006, que ganó con amplia mayoría. La idea, fuertemente criticada en su momento y que generó una gran incertidumbre institucional, fue una reacción airada del mandatario a la petición de la Corte Suprema de Justicia al Tribunal Constitucional de revisar el movimiento legislativo que posibilitó su reelección hace dos años.

La petición formaba parte de un fallo de la Corte, que condenó a la ex congresista Yidis Medina por haber recibido favores a cambio de su voto para que el Congreso aprobara la reforma constitucional que dio vía libre al segundo mandato de Uribe.

El pasado 2 de julio, en medio del furor por la libertad de Ingrid Betancourt y otros 14 secuestrados, la Corte Constitucional aseguró que no haría ninguna revisión pues ya en 2005 había avalado el cambio del artículo que prohibía la reelección en la Carta Magna. En ese momento, cuando el presidente gozaba de una popularidad del 90%, se vio como un embeleco su idea de mantener el referéndum. Ayer, el nuevo ministro de Interior y Justicia, Fabio Valencia Cossio, aseguró que al revisar la sentencia del Tribunal Constitucional no queda ninguna duda "de la legitimidad de la reelección de [Álvaro] Uribe".

Protesta ante Nicaragua

Por otra parte, en su primer acto oficial como ministro de Exteriores de Colombia, Jaime Bermúdez envió ayer una nota de "enérgica protesta" al Gobierno de Nicaragua por la pretensión del presidente Daniel Ortega de mediar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Bermúdez rechazó igualmente el tratamiento de "hermanos" que el mandatario nicaragüense otorga a los integrantes del grupo armado, catalogado como terrorista por EE UU y la UE.

"El Gobierno colombiano no autoriza ni avala" una eventual gestión de Ortega con las FARC, que constituiría, dice la nota, "una violación al principio de la no injerencia". La misiva recuerda que resulta "ofensivo" para Colombia el tratamiento de hermandad que Ortega otorga "a un grupo terrorista que comete crímenes de lesa humanidad, incluyendo secuestro, el reclutamiento de menores, la utilización de minas antipersona y de armas no convencionales de efecto indiscriminado". Bogotá ha decidido llevar el caso ante la Organización de Estados Americanos (OEA).

La respuesta colombiana se produce horas después de que la prensa nicaragüense informara de que Ortega se dispone a recibir a una comisión de las FARC. En un mensaje fechado el 26 de junio ?antes del rescate de Ingrid Betancourt y otros 14 rehenes de las FARC por parte del Ejército colombiano? el grupo armado había rechazado cualquier diálogo con el Gobierno y había pedido a Ortega que les sirviera de interlocutor. "Les respondemos a los hermanos de las FARC que estamos dispuestos a conversar y dialogar para aportar la paz en Colombia, que es el principal factor de inestabilidad en América Latina", declaró recientemente Ortega. Ayer Bermúdez le atajó: "Las verdaderas amenazas para Colombia y la región son el narcotráfico y el terrorismo".

Los acercamientos de Ortega a las FARC han suscitado las críticas en muchos sectores de la sociedad nicaragüense, que acusan a su presidente de intentar desviar la atención de la desastrosa situación interna. Los documentos hallados en los ordenadores de Raúl Reyes, número dos de las FARC muerto en el bombardeo de su campamento ecuatoriano, revelaron el envío de armas de Nicaragua a la guerrilla colombiana. Ortega acogió como "refugiadas políticas" a dos sobrevivientes de ese ataque y las que mandó a buscar a Quito con un avión militar, lo que generó la protesta de Colombia y de la oposición nicaragüense.