Ronaldo decide y recae de la lesión
Portugal, muy superior a Hungría, acaricia la repesca, pero Cristiano se retira tras resentirse del tobillo
Manifiestamente superior a Hungría, Portugal tardó demasiado en asegurarse un puesto en la repesca. Sólo tiene que ganarle el miércoles a la debilísima Malta. Pero tardó demasiado por un mal endémico que padece la selección lusa: la falta de un 9 de entidad. No lo parece de momento Liedson, el último brasileño nacionalizado portugués, a pesar de que marcara el segundo gol, el de la tranquilidad, que maquilló una discreta prestación. Mucho más fino anduvo Simão, autor de dos goles y protagonista, desde el extremo derecho, en las mejores acciones del equipo de Queiroz. Pese a su brillante arranque en la fase de clasificación, Hungría ha caído en picado. Volvió a fracasar anoche en el estadio Da Luz, con una pobre actuación, y se queda fuera de otro Mundial, una vez más desde 1986.
PORTUGAL 3 - HUNGRÍA 0
Portugal: Eduardo; Bosingwa, Ricardo Carvalho, Bruno Alves, Duda; Raul Meireles, Deco, Pedro Mendes, Simao (Miguel Veloso, min.79); Cristiano Ronaldo (Nani, m.27), Liedson (Nuno Gomes, min. 82).
Hungría: Gábor Babos; László Bodnár, Vilmos Vanczak, Roland Juhász, Gábor Gyepes; Szabolcs Huszti (Akos Buzsáky, min 66), Krisztián Vadócz (Tamás Priskin, min.55), Dzsudzsák Balázs (Jozsef Varga, min. 83), Balázs Tóth, Zoltán Gera; Sándor Torghelle.
Goles: 1-0. Min.18: Simao; 2-0. Min.73: Liedson; 3-0. Min.78: Simao.
Árbitro: Alain Hamer (Luxemburgo). No hubo amonestaciones.
Incidencias: Penúltimo partido de la fase de clasificación para el Mundial 2010 del Grupo 1. Encuentro disputado en el Estadio da Luz (Benfica) en Lisboa.
El puesto de honor en el grupo se lo lleva Dinamarca, que derrotó a Suecia y deja a la estrella sueca del Barça, Zlatan Ibrahimovic, a un paso de ser excluido de Suráfrica. Suecia ya no depende de sí misma y Portugal sí.
En un exceso de responsabilidad, Cristiano Ronaldo precipitó anoche su reaparición y lo pagó caro. Se le reprodujo la lesión en el tobillo derecho que sufrió el 29 de septiembre en un choque de la Champions frente al Marsella tras una fortísima entrada de Diawara. Ronaldo abandonó el terreno de juego en el minuto 26, se sentó en el banquillo y levantó la pierna derecha para que los médicos le aplicaran hielo en la articulación dañada. Aunque corta, su participación había sido decisiva. Partiendo desde el extremo izquierdo, jugó con su intensidad habitual y lideró con jerarquía el ataque luso. Generó, además, la jugada del primer gol. Dentro del área, recibió un centro desde la derecha, pero como estaba rodeado de defensores, se escoró hacia su izquierda en busca de un espacio para disparar. Su centro-chut con la izquierda, raso y poderoso, fue desviado por el portero Babos, que rechazó hacia el centro. Más veloz que los defensas, Simão llegó antes que nadie para embocar.
Con la sensación del trabajo cumplido, pero con el tobillo lastimado, Cristiano le pidió el cambio a Queiroz. El delantero del Real Madrid había estado a la altura de lo que le pedían sus compatriotas: que fuera determinante como lo está siendo en el Madrid y antes lo fue en el Manchester. Aún así, Ronaldo lleva casi dos años sin marcar con Portugal.
Sin su principal referente, el combinado de Queiroz perdió confianza y retrasó 20 metros su posición. Hungría sólo reaccionó al final de la primera parte. Lo hizo Dzsudzsak, cuyo disparo cruzado desde la frontal lamió el póster derecho de Eduardo. El extremo zurdo del PSV Eindhoven fue lo más decente del cuadro magiar, básicamente preparado para la destrucción a pesar de estar dirigido por el entrenador holandés Edwin Koeman, el hermano de Ronald. Hungría ni siquiera supo aprovechar la debilidad defensiva lusa en el juego aéreo.
Portugal siguió mandando tras el descanso, imponiendo su enorme ventaja técnica. Especialmente por parte de Deco, que recordó al de sus buenos tiempos en el Barça. El volante de origen brasileño dejó detalles deliciosos, como ese centro de rosca, con el exterior del pie derecho, que Carvalho cabeceó alto.
A poco que Nani por la izquierda y Simão por la derecha empezaron a funcionar, Portugal tuvo a tiro la sentencia, pero le faltó remate. Al menos hasta el último cuarto de hora. Entonces sí, Liedson cabeceó con potencia un centro muy meloso del central Bruno Alves, que había subido a rematar un córner, tras el enésimo desajuste defensivo de Hungría, que atacó mal y defendió peor. Sentenciado el partido, Simão completó su exhibición con un empalme de volea en el segundo palo a un centro templado de Duda desde el extremo opuesto. El jugador del Málaga había ejercido de lateral izquierdo.
Portugal, en fin, salvó ayer la angustiosa situación en la que se encontraba, pero tiene por delante el escollo imprevisible de la repesca, a la que van a acudir otras selecciones tan ilustres como Francia.
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