Ya espera Estados Unidos
La selección estadounidense vence a Argentina por 101-81 y se enfrentará a España por el oro
La selección de Estados Unidos se ha impuesto a la argentina en busca de una plaza para la final olímpica por 101-81, donde espera desde esta tarde España, tras deshacerse de Lituania. Los estadounidenses han sido superiores en todo momento a los sudamericanos y en el descanso ya iban nueve puntos por delante de Argentina, que sólo veían a Scola como principal baza. Con esta victoria, la medalla de oro se jugará entre España y Estados Unidos el próximo domingo a las 8.30 (hora peninsular). Estas dos selecciones ya se han enfrentado en estos Juegos Olímpicos con derrota española por 82-119.
Un parcial de 0-18 en cuatro minutos, los transcurridos entre el cuatro y el ocho del primer cuarto, o dicho de otra forma, a las primeras de cambio, sin conceder el más mínimo margen, estuvo a punto de destrozar la segunda semifinal del baloncesto masculino de Pekín 2008. Pero Argentina regaló al baloncesto olímpico un auténtico derroche de orgullo y compromiso colectivo, en suma, de baloncesto y honestidad deportiva.
Los suramericanos tenían por delante motivos más que suficientes para haber bajado los brazos, dejarse llevar y esperar al encuentro del próximo domingo (12.00 hora local; 04.00 GMT). Pasaron de un 4-3 (m.4) a un 4-21 (m.8) y acabaron el periodo a diecinueve puntos de la nave de los profesionales norteamericanas (11-30). Aparte del castigo anotador infligido por los estadounidenses al aro albiceleste, Manu Ginobili, uno de los baluartes de los Spurs de San Antonio, se lastimó un tobillo a falta de 3:39 minutos para la conclusión del primer tramo.
Remontada sin las estrellas
Ginobili, Pablo Prigioni, Fabricio Oberto y Luis Scola, cuatro campeones olímpicos en Atenas 2004, miraban el choque desde el banco. La defensa en zona de los suramericanos sacaba de sus casillas a los hombres de Mike Krzyzewsky. Los fantasmas particulares del baloncesto estadounidense en las últimas comparecencias internacionales sobrevolaban por el techo del magnífico pabellón de Wukesong.
El 40-49 del recreo colocaba la semifinal en una encrucijada con dos posibles sendas: que Argentina aguantara la salida norteameicana de la continuación y condujese la identidad del finalista a la incertidumbre más absoluta o que, por el contrario, los norteaericanos apretasen el acelerador y diesen carpetazo a la velada. sin grandes aspavientos, los estadounidenses se hacían dueños del marcador. Delfino (17 puntos) se las traía con Bryant, Scola seguía maquillando el descalabro, y Anthony, completamente al margen, anotaba sin presión.
Bosh colaboró con el rebote en lo que fue ese 'plus' necesario para dar el estirón que dejase a Argentina en la estacada. El sueño acabó para los 'pibes' y Estados Unidos confirmó su supremacía, la misma con la que siempre pone fin a los partidos: sin jugar el balón en los últimos diez segundos, quizá le sobran siempre.
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