Lisboa y poco más

"Apostamos por la integración europea: un desarrollo ambicioso del Tratado de Lisboa una vez ratificado". Ésta es una de las frases principales del programa del PP para las europeas. "La entrada en vigor del Tratado de Lisboa permitirá proyectar mejor nuestros valores", dice ilusionado el programa del PSOE. Son casi intercambiables. "Yo hice campaña en común en el referéndum con los socialistas, todos estamos de acuerdo", afirma, Antonio López Istúriz, secretario general del PP Europeo.

A veces, coinciden más que con sus homólogos europeos. "Conseguimos introducir la referencia al Tratado de Lisboa cuando los británicos no querían", asegura Elena Valenciano, secretaria de Política Internacional del PSOE. "Para nosotros, la reforma institucional es imprescindible en la UE, pero en Francia hay más debate interno y los británicos directamente no lo contemplan", explica.

Los manifiestos de izquierda y derecha se traducen al debate de cada país

Los socialistas europeos pactaron un manifiesto conjunto en diciembre de 2008, en Madrid, como programa para estas elecciones. Después, todo el centroizquierda europeo forma un solo grupo parlamentario en Estrasburgo, igual que todo el centroderecha. Pero eso no significa que un español vote lo mismo que un austriaco cuando vote socialista o popular. Las ideas se traducen a cada país.

En el caso del PP, esa traducción del programa común, pactado el mes pasado en Varsovia, es patente desde la primera página. Dedican todo el primer capítulo a atizar al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero bajo el elocuente título de El quinquenio perdido en nuestras relaciones con Europa. Comparado con los años del PP, "hoy, la posición de España en Europa es muy diferente", dice el programa. "Hemos pasado de ser admirados por nuestras tasas de crecimiento económico y creación de empleo a que se nos perciba como un problema para Europa", continúa.

Aunque la argumentación es propia de cualquier sesión del Congreso, en cuanto a la parte programática López Istúriz afirma que no hay "ninguna diferencia básica entre los programas" del centro derecha europeo. "Quizá en el tema de las nucleares", apunta, donde en España el PP sólo habla de "abrir el debate", mientras en Austria el centroderecha es "claramente antinuclear".

Según López Istúriz, el programa se trabaja a lo largo de un año, con "debates profundos" sobre la base de los programas nacionales, lo que hace que se llegue a un programa común bastante perfilado. Incluso en temas como la bajada de impuestos, donde la realidad de una crisis que cambia cada hora ha hecho que los Gobiernos conservadores actúen cada uno por su cuenta. "La bajada de impuestos está en el programa común europeo. Oportunidades ha habido para sacarlo si alguien no estaba de acuerdo, incluidos los nórdicos", zanja López Istúriz.

En el caso de los socialistas, es la primera vez que tienen un manifiesto común. Reconocen que ahora están más centrados en la crisis de lo que estaba ese manifiesto. "Para que Europa homologue sus políticas los partidos deben compartir ideas y programas", afirma Valenciano. "Luego esos programas se traducen a cada país". Por ejemplo, en España "hacemos más hincapié sobre el asunto de los derechos y libertades, porque hay más conciencia que en otros países", asegura Valenciano. "La ampliación de derechos forma parte de la marca de la casa [del PSOE]".

"El PPE es mucho más heterogéneo que el PES, porque dentro tienen fuerzas euroescépticas", añade Valenciano. Por supuesto, López Istúriz opina lo contrario y dice que son los socialistas los que tienen más dificultades para ponerse de acuerdo, porque hay más socialistas en la oposición (lo que, en teoría, hace los programas menos moderados). En lo que ambos coinciden es en que, de derechas o de izquierdas, no son capaces de ponerse de acuerdo con los británicos. Eso sí suena muy europeo.