Los sindicatos exigen al Congreso que no ceda ante las presiones de la CEOE

La celebración del Primero de Mayo de 2009 llegó, como no ocurría desde hace mucho tiempo, en medio de una gran crisis y "lleno de necesidades y de reivindicaciones de los trabajadores". Los secretarios generales de Comisiones Obreras (CC OO), Ignacio Fernández Toxo, y de la Unión General de Trabajadores (UGT), Cándido Méndez, se esforzaron por enviar mensajes de la importancia que tiene plantar cara "a la primera gran crisis de la globalización" sin ceder a las pretensiones de la patronal y del Banco de España de abaratar el despido y recortar los derechos sociales de los trabajadores.

Ante eso, los dos dirigentes sindicales coincidieron en sus discursos, perfectamente minutados por la organización, en advertir al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y a todos los grupos políticos con representación parlamentaria de que si aceptan la propuesta enviada por la patronal al Congreso los sindicatos responderán con movilizaciones sin pestañear y sin descartar la huelga general.

Toxo: "No llevaremos a los trabajadores a la infantería de la derecha económica"

Cándido Méndez: "La gran patronal quiere sacar tajada de la crisis"

Toxo y Méndez fueron igual de duros al dirigirse a la patronal, cuya propuesta consiste en que las empresas puedan hacer contratos con indemnización de ocho días en caso de despido sin necesidad de notificarlo durante los dos primeros años y de 20 días por año trabajado una vez pasado ese periodo. "La CEOE tiene que ser leal con sus compromisos, no se los puede saltar de forma oportunista y llevar una propuesta como ésa al Parlamento. Por ahí al único lugar al que se llega es al conflicto, a la movilización, a la huelga y a la crispación de la sociedad española", enfatizó Toxo, que ayer tuvo su primer 1 de Mayo como líder de CC OO.

Méndez amplió la intensidad del ataque: "La gran patronal quiere sacar tajada de la crisis, ha roto un código ético que habíamos forjado en las peores circunstancias, como fue la negociación colectiva de 2001". "Nunca", prosiguió, "la patronal se había dirigido al Parlamento para que le saque las castañas del fuego. Ha tomado una decisión muy complicada que debería corregir y si no lo hace y los partidos aceptan su propuesta conduciría a un enfrentamiento entre las decisiones del Parlamento y los objetivos del sindicato". Algo sin precedentes.

Los sindicatos consideran inaceptable "ese despido a la americana", que supone "condenar a los jóvenes a la precariedad y a una ausencia total de futuro". "Esto no se puede permitir", concluyó Méndez.

"El camino lo tenemos que marcar los trabajadores, no nos pueden llevar a un terreno que no es el nuestro", había dicho Toxo, quien enfatizó: "No vamos a llevar a los trabajadores a la infantería de la derecha económica y política". Después de subrayar que la situación es "in-sos-te-ni-ble" y advertir a Zapatero que las medidas adoptadas son "insuficientes", Toxo añadió: "La crisis no tiene su origen en el mercado laboral y por tanto las soluciones no están en él".

Los mensajes y advertencias de los líderes sindicales, que eligieron el lema Frente a la crisis: empleo, inversión pública y protección social, fueron cumplidamente escuchados por una amplia delegación socialista formada, entre otros, por la secretaria de Organización, Leire Pajín; el número uno de la candidatura al Parlamento Europeo, Juan Fernando López Aguilar; el portavoz en el Congreso, José Antonio Alonso, y el dirigente madrileño, Tomás Gómez, además de los diputados socialistas Ramón Jáuregui y Fernando Moraleda y el coordinador general de IU, Cayo Lara.

Pero las exigencias sindicales no acabaron ahí. Además de pedir que el próximo 12 de mayo envíe en el debate del estado de la nación, un mensaje "claro" e "inequívoco" sobre este asunto, al presidente le reclamaron que apoye la transformación del modelo productivo y que no permita el recorte de los salarios.

"Zapatero tiene una oportunidad de oro para decir a los ciudadanos si la crisis de Gobierno ha sido una operación de pura cosmética o un cambio para impulsar su política y combatir la crisis", destacó Toxo. "Es necesario", continuó, "un plan de choque para atender a los más de cuatro millones de parados, para lo que hay que mover los recursos públicos disponibles, también es el tiempo de gravar las rentas más altas, sin olvidar que las entidades financieras tienen que restituir el crédito".

El líder de CC OO subrayó la necesidad de primar la tecnología, "lo que no se consigue arruinando el sistema de protección pública como recomienda [Miguel Ángel] Fernández Ordóñez; si hay que hacer algo es adelantar la jubilación de muchos trabajadores".

El gobernador también fue destino de alguno de los disparos lanzados por Méndez: "Hay ideólogos que se dicen analistas que pretenden utilizar recetas que han sumido en una crisis al planeta; que no se dediquen a asustar a nuestros viejos y a nuestros jóvenes, lo único que hacen es generar inseguridad, desconfianza y afirmar la crisis".

El líder de UGT también le recomendó a Zapatero, militante del sindicato, que debe reforzar el diálogo social y la coordinación con las comunidades autónomas, porque gestionan "dos de cada tres euros de la inversión pública y no pueden hacer como la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, pedir, criticar y no hacer nada". La presidenta madrileña se llevó tantos improperios como el presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, y el gobernador.

La manifestación central de Madrid reivindicó el derecho de huelga de la Guardia Civil y la policía y la defensa de los trabajadores inmigrantes, cuya presencia también se dejó notar en Barcelona, donde acudió el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho. La pancarta estaba encabezada por el secretario general de UGT, Josep Maria Álvarez, ni el de CC OO, Carles Gallego, quienes incidieron en el mismo mensaje de pedir al Gobierno que no ceda ante las presiones de la patronal, informa Lluís Pellicer.

Corbacho descartó, en ese sentido, llevar a cabo cualquier reforma laboral "que no pase por la mesa del diálogo social" y advirtió a las patronales que se opondrá a medidas para abaratar el despido. Además, les reprochó que formulen esta demanda cuando pueden aprovechar ventajas que el Ejecutivo ha puesto en marcha para fomentar la contratación de parados. "Me sorprende que las organizaciones empresariales, en lugar de poner en valor la medida que permite contratar a parados sin coste alguno en Seguridad Social, dirijan sus demandas hacia el abaratamiento del despido", aseguró. El ministro agregó que si el Gobierno apoyara esta petición de la patronal, quienes pagarían la crisis serían "los trabajadores que antes cobraban 1.000 euros y ahora están desempleados".

También se desarrollaron manifestaciones en el resto de las capitales autonómicas españolas en las que destacó la unidad y los mensajes contra el abaratamiento del despido y la precariedad laboral. En Galicia y el País Vasco los sindicatos nacionalistas, de fuerte presencia, hicieron sus protestas aparte. Los sindicatos ELA y LAB convirtieron la jornada en un llamamiento a secundar la huelga general del 21 de mayo que han convocado, dos semanas después de la investidura de Patxi López como lehendakari.