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Reportaje:

Los quesitos se van a Bélgica

El cierre de El Caserío deja a Menorca sin su principal centroprivado de empleo - El Gobierno balear presiona para evitarlo

La crisis se come El Caserío. Y la razón es que Kraft Foods tiene exceso de queso fundido. La multinacional que se hizo con la fábrica en 1992 quiere llevársela a Bélgica. El Gobierno de Baleares presionará mañana ante los ministerios de Trabajo e Industria para intentar que Kraft no deje de producir las 16.000 toneladas anuales de quesitos, lonchas y queso rallado que El Caserío venía fabricando. Mantener la actividad de la histórica factoría de Mahón (Menorca) se considera crucial porque la marcha de la multinacional, anunciada para 2009, dejaría a la isla sin el principal centro privado de empleo estable (163 puestos directos) y cercenaría casi un tercio de la tradicional actividad ganadera y agrícola.

Kraft, la propietaria, quiere llevarse la producción para reducir costes

"Si Kraft se va, el Caserío se queda". Ésta es la consigna de Ramón Carreras, líder de Comisiones Obreras, para quien "no entra dentro de nuestros planes negociar el cierre". Los sindicatos y la empresa están citados el 14 de enero en Madrid para negociar el futuro. El ERE -que afectaría también a las plantillas de la factoría leonesa de Hospital de Órbigo (25 empleos) y de la catalana de Montornés del Vallés (27 puestos de trabajo)- no ha sido presentado todavía.

Joana Barceló, consejera de Trabajo y ex presidenta de Menorca, critica el que "Kraft haya dicho que cierra su fábrica y que no haya expuesto una motivación que lo justifique". Quieren trasladar la producción a una fábrica en Bélgica, en una estrategia de la multinacional para reducir costes de producción y transportes, centrándose en factorías más cercanas a los núcleos de producción y redes de distribución.

El Caserío es una de marcas históricas de alimentación en España y un icono publicitario. Kraft adquirió la compañía menorquina a sus creadores, la familia Montañés, por 180 millones de euros en 1992, cuando la empresa tenía ventas de 60 millones anuales, empleaba a 300 personas y recogía la leche de más de 150 ganaderías. En 2007, 22 explotaciones lecheras suministraban cuajo a Kraft. Los Montañés se dedicaron a negocios hoteleros.

La movilización de las instituciones de Menorca ha sido unánime. Kraft aseguró que la factoría de Mahón no es rentable y que ha hallado compradores interesados en adquirirla. No han aparecido, tampoco, vías alternativas locales, un comprador inmediato, el desvío de la plantilla y la producción a una fábrica quesera insular o el mantenimiento de la marca, el que Kraft renuncie a ella.

El comité de empresa rechaza el argumento de la caída de beneficios y apunta que en la actualidad existen en la plantilla 30 contratos eventuales para atender la mayor demanda. "En tiempos de crisis de consumo, El Caserío es una marca más económica que otras, sin ser una marca blanca". Kraft explicó que tiene "un exceso de la capacidad productiva de sus fábricas en España y en su red europea de producción de queso fundido".

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