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Reportaje:Economía global

El turismo empuja a Marruecos

La economía del país norteafricano da la espalda a la crisis procedente del Norte

Vista desde Rabat, España no es un país en crisis. En los cuatro primeros meses del año, Marruecos ha recibido a 511.000 turistas españoles, un 5% más que durante el mismo periodo de 2009.

El dato no es significativo de la situación económica por la que pasa España, pero sí es revelador de la bonanza por la que atraviesa Marruecos, que beneficia a varios sectores empezando por el turismo.

Hasta abril visitaron Marruecos 2,39 millones de viajeros, cifra récord que supone un 11% más que en los cuatro primeros meses de 2009. Ante esas previsiones halagüeñas, los grupos Mandarin Oriental, Royal Mansour, Four Seasons, Ramada, etcétera, se disponen a abrir nuevos hoteles de lujo en Marraquech, capital turística del país.

Hasta abril visitaron Marruecos la cifra récord de 2,39 millones de viajeros

El turismo, primera fuente de ingresos de divisas de Marruecos, está en auge; la segunda fuente, las remesas de los inmigrantes marroquíes en Europa, Canadá y el golfo Pérsico, también. En contra de todos los pronósticos, estos envíos de dinero subieron un 13,6% durante el primer trimestre, según l'Office des Changes.

El buen hacer económico de Marruecos ha sido ampliamente elogiado estas últimas semanas. "Está entre los países con una economía diversificada que mejor han resistido a la crisis y que podrían lograr un fuerte crecimiento", declaró el mes pasado Dominique Strauss-Kahn, director del Fondo Monetario Internacional (FMI). Alejandro Jara, director general adjunto de la Organización Mundial de Comercio (OMC), o la Comisión Económica para África de la ONU confirman el pronóstico que Strauss-Kahn hizo en Rabat.

En su último informe económico sobre el continente africano, la comisión recalca que fue el norte de África la región que logró el año pasado el crecimiento más alto. Marruecos se situó en cabeza con un 5,3%, gracias a "una cosecha agrícola excepcional". Ese mismo año, en España el PIB cayó un 3,6%. Ambos vecinos, cuyo nivel de desarrollo se alejaba desde la independencia de Marruecos en 1956 -la renta per cápita española multiplicaba por 15 a la marroquí en 2007- han comenzado a converger desde hace un par de años.

En segundo lugar, detrás de Marruecos se coloca Egipto (4,7%), seguido por Túnez (3%) y Mauritania (2,3%). Cierran el pelotón los dos principales productores de hidrocarburos -Argelia (2,1%) y Libia (1,8%)-, perjudicados por el bajón de los precios.

A partir de 2001, el crecimiento de Marruecos ya se situó de media por encima del 5% gracias a la diversificación de su industria y de sus servicios, y a sus buenas cifras macroeconómicas.

Con la llegada de la crisis mundial el ciclo expansivo parecía amenazado. "El riesgo de propagación de la crisis presupuestaria hacia nuestra economía está estrechamente vinculado a la evolución del comercio exterior, de los haberes en divisas, de los ingresos turísticos y de la inversión extranjera procedente de la zona euro", señalaba un análisis de la Attijariwafa Bank, principal banco del país. La caída del euro frente al dirham marroquí, que perjudica las exportaciones con destino a Europa, o la disminución de la inversión europea, están, no obstante, siendo compensadas "gracias a las actividades orientadas hacia la demanda interna", prosigue Attijariwafa Bank.

La demanda interna aumentó un 6,8% en 2009, y este año lo hará aún más: 7,7%. El auge se explica por la disminución del impuesto sobre la renta, la revalorización de los sueldos, la cosecha excepcional, la caída del paro por debajo del 10% -el sistema de medición no es comparable con el europeo- y el brutal incremento del crédito al consumo (19,3%).

Aun así, la partida no está ganada para el Gobierno. Las medidas anticíclicas de estímulo del consumo han disparado en un 15,9% el gasto del Estado durante el primer trimestre. Mientras, los ingresos fiscales caían un 7,6%. Los presupuestos de 2010 preveían un déficit prudente del 4%, pero parece improbable que se respete. Marruecos no tendrá más remedio que volver a endeudarse en los mercados internacionales. -

Tres turistas almuerzan junto a las cascadas D'Ouzoud, cerca de  Marraquech.
Tres turistas almuerzan junto a las cascadas D'Ouzoud, cerca de Marraquech.REUTERS

Los negocios del rey inversor

La prensa ha jugado alguna que otra vez una mala pasada al rey Mohamed VI de Marruecos desvelando facetas desconocidas de sus negocios. El año pasado, el diario South China Morning Post de Hong Kong reveló que el monarca alauí figuraba entre los inversores, a través del banco Merrill Lynch, en Macao Legend, una ruinosa empresa de casinos de hoteles.

El islam prohíbe el juego y Siger (anagrama de Regis), un holding propiedad del rey que había invertido en Macao, matizó la noticia en un comunicado, pero sin llegar a desmentirla. Anunció su retirada de aquel negocio. Hace ya siete años, otro holding real, la SNI, vendió la principal cervecera del país, Les Brasseries du Maroc, porque la fermentación de alcohol parecía incompatible con que Mohamed VI fuese Comendador de los Creyentes, es decir, jefe espiritual de los musulmanes marroquíes.

Varias informaciones sobre los negocios reales han llegado a la prensa a través de la Bolsa de Casablanca, en la que cotizan los dos grandes holdings reales (ONA y SNI). Junto con sus empresas filiales representan el 30% de la capitalización bursátil, según el boletín marroquí Finances News. Otras fuentes aseguran que es algo mayor. "Nuestra Bolsa no es el Stock Exchange, pero para cotizar en ella hay que proporcionar algunos datos", asegura Fahd Iraqi, periodista especializado en economía.

A principios de la primavera ONA y SNI anunciaron su fusión y su retirada de la Bolsa -no así la de sus filiales-, una operación que concluirá el 19 de agosto y que les costará, según los analistas, al menos 2.200 millones de euros. El nuevo superholding estará dirigido por Hassan Bouhemou, hombre de confianza de Mounir Majidi, secretario particular del rey.

"El objetivo principal de la reorganización", rezaba el comunicado que anunció la fusión, "consiste en superar la vocación del grupo dedicado a múltiples sectores y convertirse en un holding de inversión que ejerza un único oficio, el de accionista profesional".

La explicación no acaba de convencer a la prensa independiente. Los lugartenientes del rey "están creando un ogro capitalista tan espantoso como invencible y además lejos de las miradas, puesto que la transparencia bursátil desaparecerá", escribía en mayo, en un editorial, Ahmed Benchemsi, director del semanario Tel Quel.

Ese es, según él, el motivo de la salida de la Bolsa: lograr que los negocios reales sean aún más opacos. "A partir de 2010 los marroquíes ya no podrán seguir la evolución de la fortuna del monarca, que hasta ahora sí era posible reconstituir parcialmente", se lamenta Benchemsi.

En su opinión, los marroquíes tienen derecho a saber "porque esas sociedades pertenecen, de cerca o de lejos, al jefe del Estado, que es también el primer empresario del reino". "(...) El éxito de ese imperio económico se debe, en buena medida, a la identidad de su propietario y a la potente palanca que supone en cualquier negociación".

ONA y SNI salen de la Bolsa, pero paralelamente van a colocar en el parqué un porcentaje más alto de sus filiales, como la lechera Centrale Laitière o la azucarera Cosumar, que controlan en un 63,3%, o el fabricante de aceite Lesieur, del que poseen un 70%.

Benchemsi explica el porqué: "Para el jefe del Estado, dominar el mercado de los alimentos de primera necesidad no es lo mejor en términos de imagen, sobre todo cuando el precio de estos productos aumenta y genera así un fuerte descontento popular". -

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