La francesa EDF dice que "no hay nada decidido" sobre Iberdrola

El revoloteo en torno a Iberdrola empieza a tomar cuerpo tímidamente. El presidente de la eléctrica francesa EDF, Pierre Gadonneix, admitió ayer explícitamente su interés por el grupo español, un insistente rumor que ha disparado la cotización de Iberdrola más de un 30% desde el desplome de la Bolsa en enero.

El revoloteo en torno a Iberdrola empieza a tomar cuerpo tímidamente. El presidente de la eléctrica francesa EDF, Pierre Gadonneix, admitió ayer explícitamente su interés por el grupo español, un insistente rumor que ha disparado la cotización de Iberdrola más de un 30% desde el desplome de la Bolsa en enero. Pese a confirmar por primera vez el interés de EDF, Gadonneix advirtió que no hay "nada decidido" en relación con la oferta ni a los posibles socios en caso de que la operación se sustancie. Y se dio un plazo holgado para la posible compra, "unos 18 meses" a la vista del caso Endesa, dijo en unas declaraciones al diario Le Figaro. Las acciones Iberdrola respondieron con una caída del 1,4%.

El mapa energético español vive en un continuo estado de shock. Un portavoz de EDF aseguró el pasado jueves que la empresa francesa estaba sorprendida "de la multiplicación de rumores en un contexto particularmente volátil de los mercados". Todo eso ha quedado en agua de borrajas. Las informaciones publicadas por el Financial Times sobre conversaciones entre el grupo francés y ACS -accionista de Iberdrola y de Fenosa- vuelven ahora a tomar vuelo. Gadonneix no desmintió esas negociaciones, pero explicó que el grupo negocia "con todo el mundo".

EDF no dará ningún paso sin la luz verde del Gobierno español, que insiste en que sigue sin tener noticias de la operación, según fuentes de la Moncloa. Gadonneix garantizó que no activará una oferta sin el plácet del Ejecutivo.

Perfil político

La pelea por la eléctrica tiene varios frentes, y su perfil político no es el menor de ellos. El carácter estatal de EDF sobrevuela todos los análisis. El vicepresidente y primer accionista privado de Iberdrola, Juan Luis Arregui, anunció ayer su "preocupación y rechazo" por cualquier opción que suponga trocear la compañía, algo similar a lo que en los últimos días han manifestado tanto el vicepresidente Pedro Solbes como el líder del PP, Mariano Rajoy. Pero, además, Arregui aludió sibilinamente al carácter estatal de EDF al afirmar que Iberdrola "es una empresa privada con más de 106 años de historia, y aspira a seguir siéndolo".

En una entrevista al diario La Tribune, Solbes calificó ayer como "contradictorio" que empresas públicas extranjeras puedan entrar en un sector que en España se ha privatizado, como el eléctrico, en una alusión a las intenciones de EDF.

Entre el vendaval de rumores de los últimos días destacan los ecos de la cumbre hispano-francesa, en la que José Luis Rodríguez Zapatero y Nicolas Sarkozy acordaron impulsar la interconexión eléctrica entre ambos países y, según fuentes oficiales, se habló también del interés de EDF por el mercado eléctrico español.

En ese contexto, Iberdrola empieza a velar armas. Fuentes del mercado apuntaron que el presidente, Ignacio Sánchez-Galán, cuenta con el respaldo de alrededor de un 30% del capital social, empezando por las cajas de ahorros BBK (7,75%) y Bancaja (6,03%). La compañía ha contratado ya al banco de inversión estadounidense Morgan Stanley para hacer frente a una posible oferta.