Sebastián frena la destitución del jefe de la división española de EADS
El consorcio había propuesto sustituir a Carlos Suárez por Domingo Ureña
El ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha dado un puñetazo sobre la mesa y ha frenado in extremis la destitución de Carlos Suárez como presidente de la División de Aviones de Transporte Militar (MTAD, por sus siglas en inglés) y de la sección española del gigante aeronáutico europeo EADS. El relevo de Suárez saltó a la luz pública por la mañana y se consideraba pendiente de un mero trámite. Dicho trámite era la reunión de la Comisión de Nombramientos y Retribuciones, convocada para ayer por la tarde, que debía dar luz verde a la propuesta de designar como sustituto de Suárez al también español Domingo Ureña, candidato del consejero delegado de Airbus, el alemán Tom Enders. Sin embargo, el Gobierno español, que posee el 5,5% de las acciones de la compañía a través de la SEPI pero compra en torno al 15% de sus ventas, ha logrado frenar el relevo, que ha quedado en suspenso.
Fuentes gubernamentales indicaron que a partir de ahora se abre un proceso de negociación cuyo fin es lograr una serie de garantías sobre la división española. No se cuestiona la valía profesional de Ureña, aunque sí su proximidad a Enders (con quien trabaja en el plan de reestructuración Power) y, sobre todo, el proceso de destitución de Suárez.
El pasado martes, la secretaria general de Industria, Teresa Santero, remitió una carta al jefe de la junta de directores de EADS, Rüdiger Grube, en la que le expresaba "el malestar (del Gobierno español) por la propuesta del CEO de EADS de despedir a Carlos Suárez, responsable de EADS-CASA. Con este despido sentimos que estamos perdiendo un importante vínculo con la compañía en medio de un proceso muy delicado y sensible".
Tensiones y acusaciones
La actual crisis en la cúpula de EADS es consecuencia de las tensiones desencadenadas por la integración de la división de transporte militar en Airbus, acordada el pasado 12 de diciembre por el Consejo de Administración de EADS, como forma de ahorrar costes y optimizar recursos, tras el fiasco del programa del avión A400M, que acumula tres años de retraso y ha obligado a provisionar 1.700 millones de euros.
El Gobierno español dio el visto bueno a la integración, que suponía que Airbus contaría con dos patas (una civil y otra militar, la segunda presidida por un español), tras recibir garantías de que se respetarían los acuerdos fundacionales de EADS, ratificados en 2004. Es decir, la pervivencia de una unidad de negocio diferenciada para aviones militares, con su propia cuenta de resultados, financiación e interlocución con los clientes (sin perjuicio de aprovechar sinergias con la rama civil) y el mantenimiento y desarrollo de la base tecnológica e industrial que tienen EADS en España.
Sin embargo, Enders y su número dos, el francés Fabrice Brégier, diseñaron una estrategia que, a juicio de Industria, se apartaba de los términos del pacto al diluir el peso de la división de transporte militar en Airbus. El Gobierno remitió una primera carta de queja en enero y Enders reaccionó acusando a Suárez de filtrar información interna a las autoridades españolas, lo que provocó un gran agrio enfrentamiento entre ambos.
El pasado día 12, Sebastián y Constantino Méndez, secretario de Estado de Defensa, se reunieron en Madrid con Louis Gallois, el consejero delegado de EADS, a quien reclamaron sin éxito un compromiso claro sobre la autonomía y capacidad de la división militar. En un aparte, Sebastián indicó a Gallois que, si existía un problema personal entre Suárez y Enders, ambos debían ser relevados. Y no sólo el primero. Ayer, en el pleno del Congreso, Sebastián descartó, a preguntas de la diputada del PP Soledad Becerril, la posibilidad de que se traslade fuera de España la producción del A400M o de otros productos de EADS. "Los empleos de nuestra industria aeronáutica no están en riesgo no sólo porque EADS sabe que el Gobierno de España no lo toleraría, sino también porque contamos con una industria muy competitiva", subrayó.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.