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Obama propone una drástica reducción de las importaciones de petróleo para asegurar el futuro de EE UU

El presidente norteamericano comparó esa meta con otras gestas que ha logrado a lo largo de su historia como la llegada a la luna

Barack Obama ha propuesto hoy el objetivo de reducir las importaciones de petróleo en una tercera parte en la próxima década como una necesidad imperativa para que Estados Unidos pueda mantener su prosperidad y su seguridad sin depender de circunstancias imprevisibles en un mundo especialmente convulso. El presidente norteamericano comparó esa meta con otras gestas que este país ha logrado a lo largo de su historia, como la construcción de su democracia, la llegada a la luna o la revolución tecnológica.

Obama advirtió que Estados Unidos no tiene garantizado su futuro en las actuales condiciones de consumo energético. Este país produce apenas el 2% del petróleo mundial pero es destino de una cuarta parte de todas las exportaciones de crudo. El aumento de los precios de ese producto, como consecuencia del mayor consumo por países que salen de la crisis económica, se está convirtiendo actualmente en un lastre para el crecimiento estadounidense y para las condiciones de vida de las familias -el precio de la gasolina es, aproximadamente, de un dólar por litro-. Las perspectivas a medio y largo plazo no son halagüeñas en la medida en que la demanda de China y otras naciones emergentes seguirá en aumento.

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Los últimos acontecimientos internacionales, con crisis que se extienden sin límite concebible por el norte de África y Oriente Próximo, dos de las regiones con las mayores reservas de petróleo del mundo, han acabado por encender las luces de alarma en la Casa Blanca.

"Estados Unidos no puede permitirse apostar por nuestra seguridad y prosperidad a largo plazo sobre la base de una fuente de combustible con la que es posible que no contemos", manifestó Obama en un discurso en el que señaló uno de los objetivos más ambiciosos de toda su presidencia.

Obama quiso presentar esa propuesta ante un público joven, en la universidad de Georgetown, porque considera que los jóvenes son las víctimas de este statu quo y pueden ver reducidos sus niveles de bienestar si la generación que hoy está en el poder no hace algo urgente para modificar los hábitos energéticos y las fuentes de abastecimiento.

Como recordó, todos los presidentes norteamericanos desde Richard Nixon hasta el actual han criticado públicamente la adicción de esta sociedad al petróleo y el peligro que eso supone. Sin embargo, nadie ha hecho nada aún. La evolución de energías alternativas ha sido lento y carente del respaldo político y financiero necesario. Los esfuerzos para reducir el consumo aminoran cada vez que la situación económica se vuelve más favorable. Como consecuencia, Estados Unidos se ve obligado a importar alrededor de 11 millones de barriles al día, principalmente de países vecinos y estables, como Canadá y México -primer y segundo suministradores, respectivamente-, pero también de Arabia Saudí, Nigeria, Venezuela, Irak o Argelia, donde el intercambio se puede ver rápidamente afectado por las condiciones políticas.

"No es posible seguir así, no cuando el coste para nuestra economía, para nuestro país y para nuestro planeta es tan alto. Es hora de hacer lo que tenemos que hacer para asegurar nuestro futuro energético", dijo Obama.

Advirtió que no hay atajos para conseguirlo, que "no hay arreglos rápidos" para generar en los próximos años una alternativa eficaz al petróleo, pero añadió que "seguiremos siendo víctimas de las fluctuaciones del mercado a menos que apliquemos seriamente una política hacia una energía segura y alcanzable".

Obama manifestó que no tiene inconveniente en aumentar la extracciones de las propias reservas de crudo norteamericano, como pide el Partido Republicano, pero recordó el riesgo que eso supone -aludió al accidente de BP el año pasado- y adelantó que eso no tendrá un efecto decisivo sobre el volumen de las importaciones si no se combina con el desarrollo de "energías alternativas más limpias y el uso de gas natural en los vehículos en lugar de petróleo".

El presidente señaló que, entre otras iniciativas, su propuesta de reforma energética incluye la colaboración con Canadá, México y Brasil en el mejor aprovechamiento y seguridad de la industria petrolera, la mejora de las condiciones del transporte de pasajeros y mercancías, donde se consume el 70% del petróleo de Estados Unidos, y el desarrollo del coche eléctrico y de la energía solar.

Obama aludió también a la energía nuclear, fuente del 20% de la electricidad de este país, como "un importante potencial" para contribuir al objetivo de reducción del petróleo, pero añadió que es preciso primero garantizar su seguridad. La Casa Blanca ha pedido la revisión de las condiciones de seguridad de todas las centrales nucleares del país.

Obama, en una planta solar en Florida.
Obama, en una planta solar en Florida.AP

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