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El Estado gasta un 24,5% más en lo que va de año por los efectos de la crisis

El déficit se quintuplica hasta julio y representa el 4,69% del PIB

Lucía Abellán

La penuria económica y las medidas que está adoptando el Gobierno para intentar contenerla han agravado el deterioro de las arcas públicas hasta julio. El Estado registró un déficit del 4,69% del producto interior bruto (PIB) en los siete primeros meses del año, equivalente a 49.687 millones de euros. La cifra, que quintuplica la registrada en el mismo mes de 2008, evidencia la aceleración del gasto derivada de la crisis: los pagos (107.639 millones de euros) se han disparado un 22,3% en lo que va de año, porcentaje que aumenta al 24,5% en términos de caja (contabiliza los pagos en el momento en que se producen).

Ese volumen de gasto casi duplica los ingresos que recibe el Estado (57.952 millones), una vez descontadas las cantidades que transfiere a comunidades y ayuntamientos, según los datos ofrecidos ayer por el Ministerio de Economía y Hacienda.

Con el criterio de Bruselas, la Seguridad Social ya estaría en déficit

En siete meses, el Ejecutivo ha consumido más de la mitad del déficit que prevé para todo el año (8,1% sólo en la Administración central). Este ritmo amenaza con dejar corta la cifra oficial, sobre todo teniendo en cuenta que los últimos meses del año concentran buena parte del desembolso que realiza el Gobierno (inversiones, transferencias...).

Más de la mitad del deterioro fiscal obedece a las medidas que el Gobierno ha aprobado para tratar de aliviar la recesión. De los 25.000 millones de euros, la mayor partida la componen los pagos en prestaciones por desempleo (9.506 millones de euros), seguidos del fondo de inversión local (Plan E), del que ya se han abonado 5.500 millones de euros. El adelanto de las devoluciones de impuestos y el aumento de los aplazamientos a los contribuyentes suman otros 7.500.

Al mismo tiempo, los ingresos caen casi el 17%. El impuesto que más sufre los embates de la crisis es el IVA, muy ligado al consumo. La recaudación desciende el 36%, un dato que Hacienda atribuye en parte al aumento de las devoluciones a los contribuyentes que tienen derecho. No obstante, si se depura ese efecto, la caída de los ingresos sigue suponiendo un 23,7% respecto a 2008.

También las empresas registran un fuerte deterioro en lo que abonan a Hacienda por sus ganancias: un 25% interanual. El impuesto sobre la renta disminuye un 12,9%, en parte por la deducción de 400 euros que detrae 4.000 millones de euros anuales de las arcas públicas.

Los impuestos más resistentes a la crisis son los especiales (gravan el consumo de carburantes, alcohol y tabaco, entre otros). Los ingresos por tabaco se mantienen prácticamente sin variación, a pesar del aumento de la fiscalidad aprobado en junio. Los hidrocarburos, también más gravados desde hace dos meses, registran caídas más leves que otros tributos, del 6,3%.

Frente al déficit de la Administración central, la Seguridad Social conserva el superávit, aunque muy mermado respecto a 2008. El saldo de 8.612 millones representa un 33% menos, según las cifras divulgadas ayer por el Ministerio de Trabajo. La bonanza se mantiene con la fórmula que utiliza el Gobierno para contabilizar la Seguridad Social, que no tiene en cuenta el gasto en desempleo, sólo el destinado a pensiones y a prestaciones como las de maternidad y enfermedad. Si se incluyera la partida de desempleo en la Seguridad Social, como figura en las previsiones que se envían a Bruselas, elaboradas con los criterios de contabilidad nacional, el sistema público estaría ya en déficit, pues el Estado ha aportado 9.506 millones para abonar el paro. Además, del superávit de la Seguridad Social hay que descontar 1.200 millones de gastos pendientes de anotación, advierte Trabajo en un comunicado.

El secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, subraya que el superávit, entendido sin contabilizar el desempleo, se mantendrá a final de año (la previsión son cuatro décimas de PIB).

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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