España no limitará las apuestas bajistas sobre la deuda pública
La decisión unilateral de Alemania de prohibir las apuestas bajistas al descubierto sobre determinados activos -acciones de entidades financieras, bonos y seguros sobre impago de deuda (CDS)- causó ayer bastante revuelo en el mercado. La atención de los inversores se centra ahora en saber qué harán otros miembros de la Unión Europea al respecto. De momento, España no se plantea prohibir este tipo de operativa. "No se han detectado anomalías en las inversiones en corto dentro del mercado de deuda y, por lo tanto, no se ha planteado tomar ninguna medida adicional", explican desde la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Los inversores pueden apostar por la caída de un activo realizando lo que en la jerga bursátil se conoce como "ponerse corto". Esta operativa consiste en pedir prestados títulos para venderlos con la esperanza de que su precio sea menor al recomprarlos. En determinados países se permite además que esa maniobra se realice incluso sin tener los títulos (lo que aumenta su potencial bajista), maniobra que se conoce como "ventas en corto descubiertas".
En España, mientras las ventas en corto descubiertas con acciones están prohibidas -sólo se pueden vender títulos que se hayan comprado o pedido en préstamo previamente-, sí que están permitidas en el caso de la deuda pública o en el mercado de los seguros sobre impago.
La crisis de Grecia y su extensión a otros vecinos del sur de Europa como Portugal, Italia o España han propiciado en los últimos meses un importante repunte de las apuestas bajistas sobre la deuda pública de estos países. Esta circunstancia, sumada al hecho de que muchos inversores han migrado a otras emisiones más seguras, ha elevado sustancialmente el coste de financiación de dichas economías.
En el caso de España, la rentabilidad del bono a 10 años (que se mueve de forma inversa a su precio) vive instalada en una montaña rusa en el último mes y medio. Arrancó el mes de abril en el 3,8% para rebasar luego el 4,4%. El plan de rescate griego y las medidas de Bruselas para blindar al euro devolvieron la rentabilidad al 3,9%. Las nuevas dudas sobre la economía española, sin embargo, han vuelto a elevar el tipo de interés, que ayer cerró en el 4,03% con una prima de riesgo frente al bono alemán de 128 puntos básicos.
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