Bruselas reitera su confianza en las medidas del Gobierno para superar la crisis

La Comisión Europea se ha mostrado hoy convencida de que las autoridades españolas están tomando las medidas adecuadas para que la economía "vuelva a su cauce" y ha descartado con rotundidad que esté sobre la mesa un plan de rescate para el país pese al recrudecimiento de la presión contra su deuda. "No hay ningún plan de rescate sobre la mesa" para España, ha afirmado la portavoz comunitaria de Mercado Interior y Servicios, Chantal Hughes.

El incremento del correctivo contra los llamados periféricos del euro ha movilizado, según fuentes oficiales citadas por Bloomberg, a los responsables de Finanzas de los países de la Unión Monetaria, entre ellos la vicepresidenta y ministra de Economía española, Elena Salgado. Según informa el propio Ministerio, se están produciendo "contactos" con otros Estados, especialmente Francia, Alemania e Italia, para hacer un seguimiento de la situación.

Desde Bruselas, la portavoz ha asegurado que la Comisión está "absolutamente convencida" de que las autoridades españolas están adoptando "todas las medidas necesarias para lograr la consolidación fiscal" y para que la economía "vuelva a su cauce". En cualquier caso, Hughes ha insistido en que "un plan de ayuda o un rescate (para España) desde luego que no está sobre la mesa. No es una cuestión que se discuta".

Para el Ejecutivo español, según ha afirmado el secretario de Estado para la Unión Europea, Diego López Garrido, el país "no está en absoluto" en una situación económica que requiera un rescate. Además, ha destacado que España emite su deuda "normalmente y se financia normalmente", aunque "a veces un poquitín más cara de lo que desearíamos". En cualquier caso, ha insistido en que "no hay ningún tipo de problema" para atender las obligaciones con la deuda existente.

Pese al mensaje de apoyo del Ejecutivo comunitario, el Fondo Monetario Internacional recomendó a España el pasado viernes un recorte de la nómina de los funcionarios y subir el IVA para garantizar el cumplimiento de los objetivos de déficit. El Gobierno se ha comprometido ante la UE dentro de su plan para atajar el riesgo de contagio de la crisis de grecia y el acoso de los mercados a devolver la sostenibilidad fiscal a sus cuentas en 2013. Esto es, bajar el déficit al límite del 3% que impone Bruselas desde el 9,2% en el que cerró 2010. En un paso intermedio confía en reducirlo al 6% este año, aunque el FMI calcula que no podrá ir más allá del 6,2% sin más medidas. En 2012, las divergencias entre el Gobierno español y el organismo presidido por Christine Lagarde se amplían.

La proyección de los economistas del Fondo es que el déficit sea del 5,1% del PIB en 2012, frente a la previsión del Gobierno del 4,4% y que en 2013 se incumpla el objetivo de llegar al 3% del PIB, pues sus economistas prevén el 4,3%. Por eso, y ante el riesgo de que el crecimiento menor, cree que Madrid debería tener en la recámara medidas adicionales equivalentes al 2% del PIB. La deuda, señala, sigue creciendo y llegará al 74%.

El propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero acompañó el anuncio de las elecciones anticipadas el próximo noviembre con nuevas medidas para ajustar las finanzas públicas. Entre estas medidas, el jefe del Ejecutivo adelantó modificaciones en el impuesto de sociedades.

Además, horas antes del anuncio de Zapatero, la agencia de calificación de riesgos Moody's amenazó con rebajar la nota de solvencia de la deuda española, que actualmente tiene un nivel alto con un rating de Aa2 -la tercera más alta-. La advertencia, que de cumplirse solo equivaldría a la pérdida de un escalón, tuvo su traducción en los mercados con un incremento de la presión contra la deuda española y un nuevo castigo para su Bolsa.