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El futuro de la primera energética española

Brufau recaba apoyos mientras prepara la batalla jurídica por Repsol

El PP cuestiona que la operación se haga al final de la legislatura

Ramón Muñoz

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, recaba apoyos políticos y accionariales para defenderse del intento de asalto al poder de la compañía protagonizado por Sacyr y su socio mexicano Pemex. En el plano político, el Partido Popular ya ha cuestionado que una operación de estas dimensiones se plantee en pleno proceso preelectoral. Y en la batalla del capital, La Caixa, con el 12,8%, está más cerca de los anteriores gestores y ve con desconfianza los planes de la constructora.

Paralelamente a esta labor, el equipo jurídico de la petrolera prepara también la batalla jurídica. El principal argumento a esgrimir es que Sacyr y Pemex han diseñado su pacto para tomar el control de la compañía evitando expresamente lanzar una oferta pública de adquisición (opa), lo que equivaldría a un fraude de ley respecto a la legislación de opas. El pacto parasocial detalla que el porcentaje del capital que mantendrán ambos socios conjuntamente será del 29,8%, para no alcanzar el 30% que les obliga a lanzar una opa.

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El otro argumento es que al sindicar Pemex sus acciones con Sacyr con el objeto de participar en la gestión se produce un conflicto de interés, ya que la mexicana es un competidor directo de Repsol, y ahora abandona su posición de permanecer al margen de las decisiones estratégicas de la española. Ese conflicto de intereses se haría patente en el Consejo de Administración, en el que Sacyr y Pemex reclaman mayor presencia.

La Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (AEMEC) recogió ayer estos argumentos y anunció que pedirán que los consejeros nombrados de forma sindicada por Sacyr y Pemex abandonen el consejo.

Un jarro de agua fría a este argumento es el que arrojó ayer la Comisión Nacional de la Energía (CNE), al anunciar que no estudiará la operación ya que "no requiere su autorización" porque no persigue la toma de control sino solo un pacto de sindicación entre accionistas.

La carrera por ganarse aliados se antoja igual de complicada que la batalla legal. La Caixa, con el 12,8% del capital, ha señalado que esperará al Consejo (previsto para finales de mes, si no se convoca antes uno extraordinario) para mostrar su posición. Pero se da por seguro que cerrará filas con el actual equipo gestor, informaron en fuentes cercanas a la operación. Brufau también tiene la opción de buscarse un caballero blanco, un socio industrial poderoso que le ayude a frenar a Sacyr.

La agenda de Brufau está cargada. El martes mantuvo un encuentro con el mismo Luis del Rivero, que quiere arrebatarle sus poderes ejecutivos. El constructor le justificó el acuerdo con Pemex y "se guardaron las formas", según fuentes conocedoras del encuentro. Y ha mantenido varios contactos con el presidente de La Caixa, Isidro Fainé.

La caja no solo puede resultar decisiva en Repsol, sino también en los planes futuros de Sacyr. Si, como apuntan los detractores de la constructora, esta quisiera llevar a cabo fuertes desinversiones para hacer caja, tendría muy difícil vender el 31,2% que tiene Repsol en Gas Natural Unión Fenosa a espaldas de la caja catalana, que es su primer accionista con el 36,6%. La venta del negocio en Brasil, que ambiciona Pemex, o de YPF sería muy complicada

El pacto ha saltado a la arena política. Si el martes el Gobierno, a través del ministro de Industria, Miguel Sebastián, bendecía el acuerdo, ayer el PP mostraba sus recelos. "Es una operación de naturaleza empresarial" pero "al afectar a sectores estratégicos nos gustaría que se planteara con cierto sosiego, no a final de legislatura y que se vieran sometidas a procedimientos clarificadores", dijo el portavoz económico del PP, Cristóbal Montoro.

Plataforma de Pemex en el Estado de Campeche, en el golfo de México.
Plataforma de Pemex en el Estado de Campeche, en el golfo de México.BLOOMBERG

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.
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