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Primera intervención de una caja

Aguirre ofrece al PSOE un pacto en Caja Madrid y todos asumen que Blesa no seguirá

El futuro de la batalla política de Caja Madrid comienza poco a poco a despejarse. Esperanza Aguirre, la presidenta autonómica, convocó ayer a Tomás Gómez, líder de los socialistas madrileños, para tratar de cerrar un acuerdo. El jueves ya se había reunido con los líderes regionales de los dos grandes sindicatos, CC OO y UGT, aunque la cita se torció cuando Javier López, de CC OO, exigió a Aguirre que devolviera a Alberto Ruiz-Gallardón, el alcalde, la representación que le ha quitado con la nueva ley -pierde 46 de sus 70 representantes-.

De las dos reuniones ha quedado claro que el pacto no está ni mucho menos hecho, pero todos los negociadores consultados coinciden en que Miguel Blesa, que lleva 12 años al frente de la caja, no seguirá.

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Gómez, según fuentes socialistas, le dijo a Aguirre que "la presidencia de Caja Madrid no puede ser un lugar de retiro de elefantes. Tiene que ocuparla un profesional, técnico y de prestigio". Miguel Blesa fue colocado en Caja Madrid en 1996 por su amigo personal José María Aznar. Los socialistas están convencidos de que al final habrá un pacto que incluya a todos los sectores, incluido el de Alberto Ruiz-Gallardón, el alcalde de Madrid enfrentado a Aguirre en este y en casi todos los asuntos.

Gómez quiere redefinir los cometidos de la caja, profesionalizar mucho más sus objetivos y despolitizarla. Fuentes del Gobierno madrileñó señalan que Aguirre está dispuesta a pactar la manera de hacer las elecciones en la caja, previstas para mayo, y los puntos de la nueva ley que pueden ser inconstitucionales.

Sin embargo, el recurso de la ley de cajas no toca la reforma clave que introdujo Aguirre. Para repetir como consejero después de 12 años, los abogados de Miguel Blesa interpretan que podría presentarse como representante del ayuntamiento de Madrid, un puesto que le ha prometido Alberto Ruiz-Gallardón. Sin embargo, Aguirre ha modificado la ley para que Blesa tenga que presentarse obligatoriamente por la misma representación que hace seis años, esto es por la Asamblea de Madrid, que ella controla. Eso quiere decir que, a pesar del recurso al Constitucional, falle lo que falle este organismo, el futuro personal de Blesa está en manos de la presidenta.

Los negociadores insisten en que aún no se ha hablado de nombres para suceder a Blesa. Ayer José Blanco, número dos de los socialistas, bromeaba con el también diputado Manuel Pizarro, del PP, sobre su posible candidatura. El ex presidente de Endesa, cercano a Aguirre, se deja querer.

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