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Reportaje:TENIS | Rafael Nadal, campeón del torneo de Roland Garros

Un zurdo artificial

Toni Nadal, su tío y entrenador, decidió que Rafa, a los nueve años, abandonara el 'drive' a dos manos y jugara con la izquierda

Cuando tenía seis años, Rafael Nadal todavía no sabía a qué se iba a dedicar. Estaba claro que sería deportista, pero era un buen jugador de fútbol y la tocaba bien con la raqueta. Podía elegir. Dos más tarde, sin embargo, Toni Nadal, su tío y entrenador del Club de Tenis Manacor, acordó con su hermano Sebastián, el padre de Rafa, que aquel niño podía llegar a ser realmente muy bueno jugando al tenis. La influencia de su tío Miquel Àngel, futbolista internacional del Barcelona en aquella época, no fue suficiente para que se cambiase aquella decisión. Allí empezó, pues, la historia de un chaval que fue batiendo récords de precocidad en todas sus etapas hasta ser, con España, el más joven campeón de la Copa Davis, en 2004, en Sevilla y a costa de Estados Unidos. Ahora, con 19 años recién estrenados, ha ganado el torneo de Roland Garros, su primer título del Grand Slam.

"No le costó adaptarse al ser muy disciplinado", recuerda Jofre Porta, que trabajó con él entre los 11 y los 14 años
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Nadal es más que una estrella

"La primera vez que vi jugar a Nadal fue en un curso rutinario de los que hacíamos en el Centro de Tecnificación de Baleares", recuerda Jofre Porta, que estuvo trabajando con él, junto a su tío Toni, entre los 11 y los 14 años. "Vino a Palma de Mallorca para hacer unas pruebas con un grupo en el que había otros nueve chicos y chicas. Era brutal. Con sólo pegar un par de bolas comprobamos que era un auténtico crack. Jugaba los dos golpes desde el fondo a dos manos y eso le obligaba a atacar constantemente la pelota. Se metía encima de ella. La atacaba incluso mucho más que ahora tanto con el drive como con el revés. Hoy, piensa más".

El primer aviso que lanzó Nadal se produjo cuando tenía tan sólo ocho años y fue campeón de la comunidad de Baleares en la categoría sub 12. Era un caso realmente atípico. Nunca antes se había producido algo similar. Era un producto de su tío, Toni. Él lo había creado como jugador de tenis y él era quien dirigía toda su evolución. Pero, cuando Porta viajó a Manacor buscando jugadores para integrar en el Centro de Tecnificación, Toni se dejó aconsejar. "Juega a dos manos tanto el drive como el revés", le explicó Toni a Jofre. "¿Te parece que deberíamos cambiarle el drive a una mano?", le preguntó a continuación. Porta le respondió que todos los grandes jugadores pegaban el drive a una mano. "Puedes intentarlo", le aconsejó. A partir de esa conversación se produjo una modificación radical en la forma de jugar de Nadal.

Tras realizar varias pruebas, Toni, por su cuenta y riesgo, resolvió que su sobrino tenía que jugar el drive con la izquierda. ¡Le convirtió en un jugador zurdo! Entonces había cumplido ya los nueve años. "Lo estudié todo muy bien y me pareció evidente que tenía más control pegando a la pelota con el brazo izquierdo que con el derecho", razona.

Así que aquel muchacho manacorí diestro se reconvirtió en zurdo por determinación de su tío. "No le costó adaptarse a pegar el drive con una sola mano porque era muy disciplinado", recuerda Porta; "su disciplina llegaba a límites insospechados. Muchas veces había perdido partidos porque Toni y yo le mandábamos que jugara de modo inhabitual. Una vez le dijimos que jugara buscando siempre la volea contra un jugador dos años mayor que él. Estuvo a punto de perder". Pero, cuando salió de la pista, Nadal se limitó a comentar: "Tal vez podía haber ganado más cómodo, pero estaba trabajando en mi volea". Siempre pensando en el futuro, en formarse como un jugador completo.

A los 10 años, Nadal se entrenaba ya en el Centro de Tenis de Tecnificación de las Illes Balears. Su tío se incorporó también como técnico. Y su evolución fue rapidísima. Aquella misma temporada se convirtió en campeón de España alevín (sub 12). A los 11 se impuso en el torneo francés de Auray, en el que estaban los mejores jugadores europeos sub 12. Y a los 12 fue el primero que alcanzó a esa edad la final del Campeonato de España infantil, disputado en Vic. A los 14 comenzó ya a jugar en los circuitos satélites. Y a los 15, en 2002, ganó su primer partido de la ATP, la Asociación de Tenistas Profesionales, en el Open de Mallorca, para que el que le habían ofrecido una invitación.

"No era difícil saber que estábamos ante un gran tenista", comentó entonces su tío. Los cimientos estaban puestos. Lo demás fue llegando a toda velocidad. En 2003, Nadal ganó su primer partido decisivo de la Copa Davis en Brno, ante la República Checa y en superficie rápida. Y en 2004 se adjudicó su primer título en el circuito, el polaco de Sopot, y en Sevilla fue una pieza fundamental en la victoria de España sobre Estados Unidos para llevarse la Ensaladera y logró un triunfo apoteósico sobre Andy Roddick. Aquélla fue la mejor plataforma posible para su lanzamiento. En mayo pasado pudo debutar, por fin, en Roland Garros tras dos años ausente por culpa de las lesiones. Y ayer confirmó que es una estrella fulgurante del deporte mundial: se proclamó a los 19 años campeón del torneo parisiense.

Su límite todavía aún no se conoce.

Rafael Nadal, ayer, en un <i>drive</i> con su brazo izquierdo.
Rafael Nadal, ayer, en un drive con su brazo izquierdo.REUTERS

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