El revulsivo está en el banquillo

A excepción de los porteros Reina y Valdés y del lesionado Albiol, Vicente del Bosque ha utilizado a todos los demás convocados. Hay nueve jugadores que son fijos desde el inicio del torneo: Casillas; Ramos, Puyol, Piqué, Capdevila; Busquets, Xabi Alonso, Xavi; y Villa. A saber, el portero, los cuatro defensas, tres medios y un delantero mientras que Torres e Iniesta se han asentado en los últimos tres partidos como titulares. El volante barcelonista formó parte de la alineación que perdió contra Suiza y solo ha dejado de jugar después frente a Honduras mientras que el único día que el delantero del Liverpool ha sido suplente fue el del debut del equipo.

La figura del Niño Torres capitaliza a cada partido el debate sobre el juego de la selección. El técnico y sus compañeros le defienden por su juego altruista y capacidad de desgastar al rival. "Yo no le habría marcado el gol a Chile sin la presión de Fernando sobre el defensa y el portero", reitera Villa, quien agradece actuar con un segundo delantero en vez de ser la única referencia ofensiva como ocurrió ante Suiza, día en que Torres entró en el campo a la hora de partido por Busquets. También fue un jugador capital para que la selección reaccionara contra Honduras, nada más comenzar el encuentro. Hay, sin embargo, una segunda manera de medir el efecto Torres. A la que ha sido sustituido, el jugador que ha entrado en su lugar en el campo ha tenido una participación decisiva en la victoria del equipo. Ocurrió en los octavos de final contra Portugal, cuando Llorente cambió totalmente la dinámica del juego con unas prestaciones muy diferentes a las de Torres y llegó el gol de Villa. Y también pasó en los cuartos ante Paraguay, sobre todo porque Cesc le dio aire y pase a una selección muy acartonada. Torres, en cambio, no funcionó como revulsivo el único día que fue suplente, contra Suiza, ganadora del encuentro.

La Roja es muy capaz de jugar dos y tres encuentros en uno por su amplia gama

El equipo defiende a Torres por su juego altruista y por cómo desgasta al rival

Del Bosque se corrige con las alineaciones y cambia bien porque lee correctamente los partidos. El seleccionador aprovecha la profundidad del banquillo, la versatilidad del equipo y los muchos recursos de que dispone. A cada jornada se han producido situaciones que normalmente han sorprendido a los contrarios, a excepción del día del estreno, cuando la aportación de Pedro, Torres y Navas no sirvió siquiera para empatar el partido. Frente a Honduras ocurrió lo contrario: el equipo respondió desde la alineación, con Torres y Navas en lugar de Iniesta y Silva, y empeoró con los cambios: Cesc ocupó la plaza de Xavi, Mata la de Torres y Arbeloa la de Ramos. Y ante Chile, que jugó con uno menos por la expulsión de Estrada antes del descanso, Cesc y Javi Martínez ayudaron a mantener el resultado obtenido con Torres y Xabi Alonso en el campo.

Cesc es el jugador número 12. Aunque no jugó contra Suiza, día en que de salida formaron prácticamente todos los medios (Xavi, Xabi Alonso, Busquets, Iniesta, Silva) y solo un delantero (Villa), ni ante Portugal, ha sido un jugador importante en las demás citas. Más complementario y testimonial ha sido el papel de Arbeloa, Marchena y Mata. Hasta cierto punto es sorprendente que Silva solo haya sido titular 62 minutos contra Suiza y no haya vuelto a jugar. Tampoco Llorente ha gozado de más minutos que los 32 que disputó de forma decisiva frente a Portugal. Y, finalmente, más asiduos han sido Navas y sobre todo Pedro, dos jugadores que cambian el dibujo del equipo porque son extremos.

A Del Bosque le interesa que la totalidad de la plantilla mantenga la tensión definitiva y, por otra parte, mantiene el factor sorpresa en cada partido. Los paraguayos admitieron, por ejemplo, que les pilló a contrapié la salida de Pedro y, en cambio, no actuara Llorente. El repertorio de España es muy amplio y, sin cambiar el estilo, se puede permitir diferentes maneras de atacar: con cinco centrocampistas y un solo delantero; con dos delanteros y cuatro volantes, como viene ocurriendo últimamente, aunque la posición de Iniesta es la de falso punta, o con dos arietes, Torres y Villa, y un extremo puro, Navas o Pedro. La variedad de medios, por otra parte, es tan amplia que permite multitud de permutas y mezclas: la duda generalmente está en ver a quién sustituirá Cesc cuando sale a la cancha.

Aunque todavía no ha completado un buen encuentro, La Roja es muy capaz de jugar dos y tres partidos en uno por su amplia gama de futbolistas. A Del Bosque, de momento, los cambios le han funcionado como revulsivo y la mayoría de las circunstancias han jugado a su favor, incluso la fortuna, después que la mala suerte acumulada ante Suiza, una derrota que cambió al equipo: competir ha sido hasta ahora más importante que jugar.