Una figura sobresaliente
Hay dos figuras sobresalientes en la historia del movimiento olímpico: la de Pierre de Coubertin y la de Juan Antonio Samaranch. El primero lo fundó y le dio impulso. El segundo interpretó su ideario y aseguró su continuidad en un tiempo cambiante y difícil. Al hacerlo, le dio una proyección por primera vez auténticamente universal. Nunca el olimpismo mundial había conquistado cotas de pujanza como las que ha conocido gracias a Samaranch.
En sus últimos años colaboró activamente con las candidaturas olímpicas de Madrid, desplegando la misma energía y vitalidad que demostró durante toda su carrera. Siempre percibí una gran generosidad en ese empeño. No sólo nos dio consejos, sino que, además, se implicó personalmente. Desde su catalanidad tranquila, fue un amigo de Madrid, leal y sincero. Sin su participación, habría sido muy difícil llegar a la convicción de que Madrid, aunque no haya celebrado aún los Juegos, es ya una ciudad olímpica.
Alberto Ruiz-Gallardón es alcalde de Madrid.
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